Paysandú, Domingo 28 de Septiembre de 2014
Opinion | 21 Sep El presidente José Mujica participa en el proyecto denominado “25 líderes, 25 voces por la infancia” que llevan adelante la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe y la Agencia EFE, cuyo cometido es resaltar la importancia de la Convención de los Derechos del Niño, que cumplirá 25 años el próximo 20 de noviembre.
En una entrevista con la agencia noticiosa, el primer mandatario reconoció que le indignan los resultados presentados por la FAO el 16 de setiembre, donde indica que una de cada nueve personas en el mundo pasa hambre, mientras se desperdician un tercio de los alimentos que se producen en el planeta.
Ante esta situación, Mujica señaló que “es muy probable que los perros de Europa coman mejor que los niños africanos, ¿verdad?; y de otras partes de América”. Y tiene razón.
Por eso, para no seguir insistiendo con los “niños que comían pasto en el 2002” y que --sin dudas-- han mejorado su calidad de vida y para evitar caer “en el lugar común” de reclamar una mayor preocupación por los niños uruguayos antes que por las familias sirias que arribarán a Uruguay, es que hablaremos de los asentamientos Andresito I y II de Salto, donde residen unas 2.500 personas y decenas de niños no tienen para comer los fines de semana ni cenan los demás días. En ese lugar los atienden un merendero y un plan CAIF que además del almuerzo les brinda algo más para que se lleven a sus casas.
Y aunque el tema haya surgido a través de una investigación de diario El País, ésta se suma a otras realizadas por medios de prensa locales desde hace varios años. En 2012, los vecinos contaban a un medio digital local que “en el gobierno de Ramón Fonticiella, junto a la policía, deshacían y derrumbaban sus casas por entender que no podían estar en ese lugar”. En ese momento reclaman un comodato para permanecer allí, obtener saneamiento, agua potable y luz, a raíz de serios problemas de convivencia por la escasez de agua fundamentalmente en verano.
A comienzos de 2013, la Intendencia no daba abasto en la distribución con los camiones cisterna y en abril de ese año se anunciaba un convenio para solucionar el problema a estos asentamientos ubicados al Este de la ciudad. Mientras tanto, se contiene el problema habitacional y es así que la organización “Techo” ha construido decenas de viviendas de emergencia.
A varios años del comienzo de la “década ganada” y en inmejorables condiciones económicas y sociales, al menos los habitantes de Andresito I y II cuentan que decenas de niños se van a dormir sin cenar y la situación empeora los fines de semana. En ese lugar se observa un alto porcentaje de adolescentes embarazadas, madres jóvenes en condiciones de hacinamiento y en riesgo nutricional. Siguen con problemas de agua potable que llega por camiones cisterna de la Intendencia, la mayoría está colgado de la UTE en forma directa desde el transformador y otros continúan residiendo bajo chapas y paredes nailon. Pero no es Siria, ni Gaza, ni África, sino a pocos minutos del centro de Salto.
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