Deportes | 26 Sep Esta noche, a partir de las 20, el Consejo Directivo Central de la Liga de Fútbol se reunirá con los clubes, que fueron convocados para dar su opinión con respecto a los pasos a dar de aquí en más para darle continuidad a una temporada que está totalmente paralizada luego de la agresión sufrida por el árbitro Guillermo Palivoda.
Destrabar una situación que quedó totalmente estancada después de la reunión entre el Consejo y los representantes de las agremiaciones de árbitros, parece complicado al menos a corto plazo.
Los colegiados dejaron en claro el martes, cuando se reunieron por pocos minutos con el Consejo ya que se retiraron de sala, que no se apartarán de las exigencias que dejaron plasmadas en papel a los presididos por Nelzon Manzor.
Y esos ocho puntos abarcan aspectos diferentes, que serán difíciles de poder cumplir de un día para el otro. Y, seguramente, más de uno no quiera tampoco “someterse” a estas exigencias.
Luego de que Palivoda fuera agredido por dos jugadores de Nuevo Paysandú, los árbitros anunciaron que este fin de semana no habría actividad en ninguna categoría. Y la reunión del pasado martes, que terminó de manera abrupta cuando Manzor dijo al árbitro Robert Ledesma que uno de los dos tenía que irse de la reunión, ante lo que la delegación de los jueces se retiró, no hizo otra cosa que apagar el fuego con nafta.
Hoy, los clubes intentarán definir qué camino se sigue. Y, al menos en lo previo, todo parece indicar que la única salida es negociar con los árbitros, ante este tercer hecho de violencia que los colegiados han vivido en los últimos nueve meses.
Los jueces ya dejaron en claro que los ocho puntos que dejaron por escrito en la Liga, no son negociables. Lo que se plantea es que no se le pitará a Nuevo Paysandú hasta en tanto exista un resarcimiento económico para el árbitro agredido y, en caso de que se acuerde este punto, se le dirigirá a este equipo con 10 policías o guardias de seguridad destinados exclusivamente al cuidado de los árbitros.
Por otra parte se plantea que para los choques de Primera División los colegiados exigirán cinco policías dentro de la cancha para custodiarlos (tres en partidos de formativas); que no se aceptará el artículo de los reglamentos de la Liga que establece que los delegados puedan escribir y denunciar en el formulario; inspeccionar los escenarios de juego y solo pitar en aquellos en los que estén dadas las condiciones mínimas de seguridad y demás; que los referentes clubistas apostados en las canchas no deberán tener antecedentes de violencia, y si la luz artificial no es adecuada en horas de la noche, se suspenderán los partidos.
Alcanzar un acuerdo con los árbitros significará, más allá del resarcimiento al agredido (la Liga sentó un precedente en ese aspecto cuando la agresión a Podstavka con el pago de $ 70.000), realizar un esfuerzo importante en lo económico, ya que va de la mano con el aumento de gastos.
Los clubes tendrán la palabra esta noche, para tomar postura. Hoy, un acuerdo parece complicado de alcanzar a corto plazo; y las opciones, si se tiene en cuenta lo sucedido tras la agresión de Postavka, no parecen ser demasiadas.