Paysandú, Miércoles 01 de Octubre de 2014
Opinion | 24 Sep El traslado de pacientes en grave estado en móviles policiales ante la falta de ambulancias médicas no es nuevo en Paysandú y la frecuencia de los casos pone en evidencia la falta de respuestas del sistema de Salud, que deja librada a la suerte la vida de pacientes que se enfrentan a una situación límite en su hogar o cualquier otro espacio que no sea la vía pública.
El lunes, los efectivos debieron asistir alarmados a un bebé de un mes que no respiraba y llevarlo a sirena abierta hasta el servicio Hospital Escuela del Litoral, donde le practicaron técnicas de reanimación. El domingo, pasado el mediodía, una mujer que sufría un ataque de epilepsia fue trasladada en medio de convulsiones y una herida en la cabeza como resultado de una caída provocada por esa crisis, también en un móvil policial.
En agosto pasado, una mujer permaneció tirada en el patio de su casa, tras padecer una hemorragia cerebral, sin recibir asistencia médica a pesar de los reiterados llamados del personal policial. En este caso, una ambulancia arribó media hora después con un único ocupante --el chofer-- y ante tal situación de riesgo, los efectivos se negaron a su traslado sin asistencia médica. Así lograron la colaboración de un profesional que constató la gravedad del caso (la mujer se encontraba en coma), y finalmente se decidió su traslado y posterior internación en el CTI de Tacuarembó. Son tres casos en poco más de un mes.
Es indignante e improcedente que un móvil policial, sin equipamiento de ningún tipo y su personal --que tampoco tiene la preparación necesaria para este tipo de asistencia-- deban encargarse de resolver un asunto sanitario, donde un minuto o hasta un movimiento inapropiado hace la diferencia entre la vida o la muerte.
No está implementado ningún sistema de emergencia --público o privado-- que atienda por el Sistema de Salud en los hogares a quienes atraviesan por un cuadro de suma gravedad, como los anteriormente detallados. Las emergencias móviles sólo están para atender a sus afiliados, y es por eso que la mayor parte de la población está desprotegida.
Si estamos ante una situación que se reitera peligrosamente, ¿no existe posibilidad que ambos sistemas sanitarios contraten coronarias o emergencias móviles para cubrir los casos que ocurren en los hogares, bajo el mismo acuerdo que el existente para la vía pública, por ejemplo? ¿O están esperando que ocurra la primera muerte en un patrullero de la Policía?
Lo que no puede tolerarse es que dejen a un ser humano librado a su suerte, porque esto es --lisa y llanamente-- una omisión de asistencia.
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