Opinion | 01 Oct En las últimas horas ha arribado al Uruguay, más precisamente a las aguas de Nueva Palmira, una moderna Estación Flotante de Transferencia, que se fondeará en el río y tendrá como objetivo transbordar cargas, sobre todo granos de Paraguay y mineral de Bolivia, pero también con la perspectiva de recibir carga en barcazas provenientes del norte del río Uruguay.
Ante esto, compartimos el concepto que al respecto ha vertido el especialista en temas marítimos del diario El País, Emilio Cazalá, en el sentido de que es un acontecimiento de gran trascendencia para el país, porque se refuerza un instrumento logístico fundamental, como el transporte fluvial y marítimo, que se instala unos pocos kilómetros al norte de Nueva Palmira.
Se trata de una plataforma de avanzada tecnología, innovadora en eficiencia y calidad en la operativa de transferencias de cargas, construida en Holanda. La plataforma tiene una longitud de 60 metros y 30 de ancho, equipada con una moderna grúa Liebherr de última generación, con la incorporación de grandes boyas para asegurar amarradero a veinte barcazas.
La empresa que aporta la plataforma es la Fiorucci, que cuenta además con un tren de doce barcazas propias y un remolcador empujador para generar una capacidad de carga de unas 30.000 toneladas y estructura para recibir buques del tipo Panamax, y es instalada a unos cinco kilómetros al sur de donde se encuentra ubicada la actual estación flotante Don Miguel.
La idea incluye manejar barcazas uruguayas para operativa de cargas entre Paysandú, Fray Bentos y Nueva Palmira, para granos de exportación y tránsito en coordinación un silo de 75.000 toneladas en Nueva Palmira. Representa una inversión de unos 200 millones de dólares, con participación de importadores y exportadores uruguayos e inversores italianos, e incluso se agregan diez camiones cero kilómetro para colaborar en la operativa. Debe recordarse que hace unos dos años Uruguay puso a disposición de Bolivia los puertos libres de Uruguay para comercializar mercaderías sin el pago de aranceles, y de esta forma incorporar una plataforma de salida de buena parte de la riqueza de la nación mediterránea.
El ofrecimiento apuntó a que la nación del Altiplano use nuestro sistema portuario y pueda trabajar con sus mercaderías y la use como depósitos sin que tengan que pagar ningún arancel, además de garantizar que pueda utilizar cada vez mayores áreas de esos puertos.
Pero ya Uruguay ha venido trabajando junto a Bolivia en acciones concretas para facilitar la navegación por la Hidrovía, es decir la conexión fluvial por los ríos Paraná y Paraguay, hasta desembocar en el Río de la Plata, --pese a los obstáculos que recurrentemente ha venido interponiendo Argentina-- y sobre todo utilizar los servicios de Nueva Palmira para la salida de la mercadería del interior profundo del Cono Sur latinoamericano, cuyo Talón de Aquiles es el traslado de la producción hacia ultramar, En esta línea corresponde traer a colación que la posibilidad de salida hacia el océano Atlántico es un elemento fundamental para el desarrollo de la economía de Bolivia, en el marco de su proceso de entrada al Mercosur, y que difícilmente, pese a que de vez en cuando se menciona el tema, la nación del altiplano pueda recuperar la salida al mar que perdió en la guerra contra Chile.
A la vez, este ofrecimiento se enmarca en los objetivos prioritarios de la instrumentación del Plan Estratégico hacia 2030, apuntando a situar a Uruguay como polo logístico regional. El plan estratégico del ministerio hacia el 2030 se enmarca en lo que debería ser una verdadera política de Estado, para lo cual se espera contar con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para los planes logísticos, en especial respecto a la renovación del sistema ferroviario y eventualmente el proyecto de puerto de aguas profundas en Rocha.
La idea implica entre otras acciones el fortalecimiento del Sistema Nacional de Puertos, así como también continuar con la idea de la segunda terminal especializada de contenedores, y analizar las posibles ampliaciones del puerto de Nueva Palmira, lo que precisamente es un aspecto clave en el ofrecimiento de depósitos para la mercadería procedente de Bolivia.
Uno de los aspectos del plan conlleva el mantenimiento de la red vial, para lo cual se deberá estudiar el desarrollo de un transporte multimodal, el sistema de accesibilidad a los puertos y puntos de salida y de distribución a la región. Igualmente significativa es la decisión política de contar con la participación de privados en asociación con el Estado para concretar las grandes inversiones necesarias para cumplir con estos objetivos, lo que a la vez conlleva promover la profundización de los contactos con los propios interesados a efectos de diseñar el esquema logístico que se debe el país para potenciar no solo la producción, sino también los servicios que es posible y necesario proporcionar a los operadores de la región al amparo de la ubicación estratégica del Uruguay.
Y con un puerto de Nueva Palmira colmado durante la mayor parte del año, es fundamental que las cargas de granos procedentes del Litoral norte puedan contar con mejores alternativas de salida a través de estos puertos de transbordo flotantes, lo que permite potenciar el instrumento de la hidrovía, más allá de las notorias deficiencias en infraestructura que tiene el país para poder cumplir con este rol regional como vendedor de servicios logísticos.