Opinion | 02 Oct A partir del próximo lunes 6 se desarrollará en Uruguay la novena Semana de Salud Bucal, con la finalidad de sensibilizar a la población sobre la importancia de una buena higiene bucal, elemento que forma parte de la salud integral de cada persona. Esto es así porque todo lo relacionado con la salud bucal repercute en la salud del individuo.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud define la salud bucodental teniendo en cuenta la ausencia de dolor crónico, cáncer de boca o garganta, llagas bucales, defectos congénitos como labio leporino o paladar hendido, enfermedades periodontales (de las encías), caries dental y pérdida de dientes, y otras enfermedades y trastornos que afectan a la boca y la cavidad bucal.
También es importante tener en cuenta que las dolencias bucodentales comparten factores de riesgo con las cuatro enfermedades crónicas más importantes --enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes-- pues se ven favorecidas por las dietas malsanas, el tabaquismo y el consumo nocivo de alcohol. Otro factor de riesgo es una higiene bucodental deficiente.
Para prevenir eficientemente en esta materia, es necesario trabajar en la formación de hábitos desde los primeros años de vida. Esto se vuelve relevante, si consideramos por ejemplo que entre el 60 y 90% de los escolares del mundo tienen caries dental.
Según reciente informe del Ministerio de Salud Pública, ejecutor del Plan Nacional de Salud Bucal, asistió a 60 mil escolares y beneficiarios del Plan Juntos.
En coordinación con Primaria, la ministra de Salud, Susana Muñiz, explicó que los móviles de Salud Bucal recorren distintas localidades del país, visitan las escuelas y realizan los tratamientos en los centros educativos.
Dichas unidades se encuentran equipadas con los mismos elementos que los odontólogos poseen en sus consultorios, lo que posibilita una atención integral a los pacientes.
Se trata de una tarea que comenzó a realizase hace algunos años y que el gobierno actual, con buen criterio, continuó.
En el marco de los programas que apuntan a consolidar el primer nivel de atención de la salud, promoviendo las prácticas preventivas y el tratamiento oportuno de las patologías que puedan presentarse, la atención bucal --especialmente en la infancia-- cobra gran importancia no sólo por el importante ahorro económico en tratamientos más complejos, sino porque significa una mejora sustantiva en la calidad de vida de las personas, especialmente en los sectores socioeconómicos más deprimidos, así como en el medio rural, donde suelen haber mayores dificultades para acceder a los servicios de salud.
La concurrencia de odontólogos a las escuelas es buena cosa, no sólo para detectar problemas y realizar tratamiento, sino especialmente en lo que hace a la promoción de hábitos saludables, a través de la divulgación de las características de las enfermedades bucales más frecuentes, así como sus mecanismos de control.