Opinion | 04 Oct En las últimas horas la Intendencia Departamental de Paysandú y las tres cooperativas que integran el Complejo Bulevar firmaron finalmente el acuerdo que lleva solución a la problemática surgida en el referido barrio en construcción en el noreste de la ciudad, que incluía el escurrimiento de aguas cloacales en un sector del predio y el desborde de aguas pluviales cuando se registran fuertes lluvias.
El diferendo se había situado respecto a las competencias de los organismos involucrados, por cuanto si bien estaba claro que la red cloacal es una competencia inequívoca de OSE, en el caso de la inundación de un sector del terreno Fucvam atribuía responsabilidades a la Intendencia, pese a que cuando se elaboró el proyecto y las consecuentes obras la calle ya estaba construida y por lo tanto el problema surgió con los niveles que se dieron a las viviendas.
Las cooperativas Covitru, Covimad y Covicur, a través de la mesa departamental, y luego los directivos nacionales de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), plantearon a la comuna que las competencias las tenía la Intendencia en ambos casos, o que por lo menos estaba en sus manos la solución, pero naturalmente hacerlo significaba la afectación de recursos de todos los contribuyentes que aportan a la comuna para solucionar problemas que eran en parte o totalmente responsabilidad de otros organismos.
Fue así que tras idas y venidas, que incluyeron movilizaciones de los cooperativistas frente al Palacio Municipal, se pudo concretar un ámbito de diálogo, para llegar a una solución salomónica; se dejó de lado en principio el aspecto de a quién correspondía la responsabilidad de los problemas, para designar un equipo de técnicos que elaboró un proyecto a efectos de encarar obras que dieran solución a estos escurrimientos, dejando para más adelante la búsqueda de la financiación.
Las obras precisamente comprenderán la construcción de una boca de tormenta con un entubamiento que permitirá derivar las aguas hacia un drenaje natural en favor de la pendiente, en tanto se logró a la vez concretar la forma de financiar los trabajos y el aporte de materiales.
El acuerdo signado en el Palacio Municipal entre las partes divide los costos en mitades entre la Intendencia y Fucvam, tanto en mano de obra como en materiales, y se posibilita así la respuesta que esperan los vecinos para no afectar una obra social de indudable proyección.
Es una muy buena noticia realmente que se haya podido dejar de lado la disputa por las responsabilidades --que las hubo-- y dejar en primer plano las soluciones, lo que habla de madurez y de priorizar lo importante por sobre lo postergable o descartable, porque al fin de cuentas lo que corresponde es poner a los ciudadanos y sus necesidades en primer lugar.
Eso así, tras la solución, lo que se impone es tomar nota por las partes de cómo se llegó a estos errores u omisiones, para no repetirlos.