Locales | 02 Oct Mañana viernes, a partir de las 11, tendrá lugar el sorteo del segundo plan de viviendas de Mevir (Movimiento pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural) en pueblo Esperanza, en lo que constituye un acontecimiento de gran relevancia para la localidad, para beneficio de las numerosas familias de la zona inscriptas en el programa.
Este núcleo habitacional comenzó a construirse en setiembre de 2013 y comprende 27 viviendas y una readjudicación del plan anterior, tratándose en su gran mayoría de familias jóvenes. El primer plan nucleado fue de 50 viviendas con un salón comunal y se entregó en el año 2005.
De acuerdo a los datos relevados en el último censo nacional de población y vivienda, Esperanza cuenta con 340 habitantes, y la ocupación en la zona en general está mayormente relacionada con trabajo familiar en los predios y muchos trabajan como asalariados en la ciudad de Paysandú, en el sector industria y comercio, en tanto la zona de chacras circundante se caracteriza por una importante concentración de explotaciones de 18 hectáreas y menores, producto de un fraccionamiento original y sucesivo.
Al dar cuenta de las características de la población y el registro social elaborado por Mevir, se indica que esta localidad sanducera ubicada a 15 kilómetros de la capital departamental, sobre Ruta 90, presenta una fuerte organización social que interactúa concretando actividades comunes, fortaleciendo de esta manera el sentido de pertenencia e identidad local. En Esperanza funcionan comisiones de la tercera edad, Sabores Caseros (grupo de mujeres que elaboran y venden dulces y mermeladas caseras), de la escuela, de Mevir y de policlínica. Asimismo la Comisión Honoraria de Mevir reafirma los objetivos de este movimiento en el sentido de contribuir en la construcción de un hábitat sostenible para la población que vive y/o trabaja en el medio rural, en el marco de las políticas de desarrollo integral (productivo, social, ambiental, territorial) del quinquenio.
Con este fin, Mevir implementa un sistema de acceso a la vivienda adecuado al medio rural y basado en un concepto integral de hábitat según el cual la vivienda es un elemento dentro de un sistema complejo donde interactúan, de forma equilibrada, varios factores: el territorio, la producción de bienes y servicios, el ser humano en comunidad, los servicios comunitarios y las infraestructuras físicas.