Locales | 05 Oct En el marco de una ceremonia que incluyó una misa y un concierto de campanas, fue estrenada la nueva iluminación de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo. Medio millar de luces distribuidas en el interior del templo realzaban la obra de los hermanos Poncini, particularmente las pinturas de Antonio Buscaglia, que en breve comenzarán a ser restauradas.
Durante la ceremonia, presidida por el Obispo, monseñor Pablo Galimberti, el párroco Antonio Mazza dijo que el encendido de la nueva iluminación interior “no se trata de una inauguración, sino de una muestra de lo que se ha estado haciendo. Y agradezco porque he visto a mucha gente que ha venido desinteresadamente a decir ‘padre, si necesita algo estoy a las órdenes’. Dentro de ello lo que más me ha llegado a lo profundo del corazón son las personas ancianas, jubilados, que vienen cada mes y me dicen ‘antes de que me los gaste, le dejo mil pesos’, lo que realmente merece un aplauso. Como también debemos agradecer a las empresas que nos han aportado cinco, diez, veinte o treinta mil dólares, de esa manera es que podemos hacer esta obra”.
Añadió que “nosotros hemos querido hermosear un poco este templo, pero lo lindo es que cada uno de nosotros nos ‘restauremos’, nos convirtamos como seres humanos”, y con relación a las luces encendidas con tecnología LED aseguró que “bueno es que nosotros nos sintamos ‘luces’ para otros”.
En esta ocasión, entre las ofrendas de la celebración eucarística hubo elementos muy particulares: un trozo de llave, cable y un caño de bronce, objetos de electricidad que por más de cien años fueron parte del sistema eléctrico, una antigua teja del techo del atrio, instrumentos de trabajo utilizados por los obreros (pinzas, tenazas, destornilladores), un juego de pinceles como símbolo de los que utilizara el pintor Antonio Buscaglia.

“UN TEMPLO ES ALGO VIVO”
Monseñor Pablo Galimberti aseguró a los presentes que un templo --cualquiera sea la religión-- es algo vivo y respecto de la Basílica sostuvo que “este templo para ustedes está entrelazado con la historia familiar y la historia de Paysandú, y sin duda que ‘las piedras hablan’, así como estas luces que hoy permiten mirar mejor la arquitectura, los rincones y tantas cosas que aparentemente están ocultas en este templo”.
También dijo que “como toda casa es el lugar de la memoria, el templo quiere ser también un eje para encontrar nuestro lugar en el mundo”, así como que “a eso hay que buscarlo y en medio de la velocidad en que vivimos tenemos que darnos tiempo”.
“Y quizás la forma en que el padre Antonio y la sociedad de los hermanos salesianos ha cuidado este templo para que lo apreciemos, invita a que también volvamos aquí a encontrarnos y a dejar que Dios toque el corazón, que evoque aquella misericordia que necesitamos, la paz que anhelamos, aquel reencuentro con los seres queridos que han partido”, enfatizó, solicitando “que no sea solamente piedras, un lugar artístico, parte del Patrimonio, sino fundamento y raíz de nuestra vida como cristianos”.
Galimberti tuvo a su cargo la ceremonia de bendición del ara, piedra que contiene las reliquias de los apóstoles católicos, en el altar que fuera consagrado por monseñor Viola en octubre de 1947, sitial religioso que fue reubicado en el mismo amplio espacio que ya ocupaba.
En la ocasión se señaló que octubre es muy significativo para la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo, puesto que el 4 de octubre de 1947 fue consagrado el templo por el entonces obispo de Salto, monseñor Alfredo Viola, y el 20 de octubre de 1971 se aprobó la Ley 14.014 que la declaró Monumento Histórico Nacional.

CONCIERTO DE CAMPANAS
Al finalizar la ceremonia en el templo, tuvo lugar un concierto de campanas, para lo cual fue restaurada especialmente una de las campanas de la Basílica, así como se presentó la Banda Municipal “José Debali”. Sin embargo, el concierto debió suspenderse debido al mal tiempo, que hizo imposible continuar con la actividad.