huyó y luego se entregÓ

Policiales | 05 Oct Un hombre de 29 años murió ayer cuando fue atropellado por un automóvil cuyo conductor huyó del lugar, aunque horas después el padre del joven que conducía lo llevó a entregarse a la Policía.
Alrededor de las 7:30, Gabriel Duré, de 29 años conducía su motocicleta Suzuki matrícula IAC 388 por Lucas Píriz, y al intentar cruzar bulevar Artigas fue atropellado por un automóvil Renault 18, matrícula IAB 1627 que iba en dirección Norte por bulevar, conducido por un joven de 25 años y con un acompañante de 25.

VOLVIERON EN MOTO
Según testigos, el automóvil atropelló al motociclista y continuó su marcha, lo que califica como omisión de asistencia y huir del lugar del hecho. Luego se supo que el joven condujo el automóvil hasta la casa de un amigo, donde limpiaron las manchas que habían quedado en la pintura. Consiguieron una moto, en la que fueron hasta el lugar del accidente, donde confirmaron que el motociclista estaba tendido en la calle, ya sin vida. Luego se retiraron nuevamente del lugar.
A esa altura, el médico forense Jorge Acuña había dictaminado el fallecimiento, que la pericia luego determinó “traumatismo encéfalo craneano severo con sangrado de cráneo, sin signos vitales”. El motociclista iba sin casco, según la información obtenida.
Según se supo, los padres se enteraron del accidente por lo que el progenitor del conductor --que a su vez era el propietario del automóvil-- convenció a su hijo y al amigo de presentarse en la Policía y dar su versión, por lo que sobre media mañana, en el mismo automóvil del accidente llegaron hasta la oficina de Investigaciones, en la sede de la Jefatura de Policía, donde los jóvenes confesaron.

LOS IBAN A BUSCAR
A todo esto, la policía, en base a los testimonios de los vecinos que vieron el siniestro de tránsito, habían identificado plenamente el vehículo y la base de datos ya había proporcionado la dirección de su conductor, por lo que estaban preparando el procedimiento cuando fueron enterados por sus colegas que el implicado ya se había entregado.
Pese a que ya habían pasado varias horas --ya era prácticamente el mediodía-- se les realizó pruebas de alcoholimetría al conductor y al acompañante.
En el primero de los casos, marcó 0,6 gramos por litro de sangre (el máximo legal es 0,3) y el acompañante acusó 1,48 gramos por litro de sangre, ya una obvia situación de alcoholismo.
Sobre las 19 de ayer, y a no más de 12 horas de ocurrido el siniestro de tránsito con el costo de una vida, la Jueza de 4º turno Andrea Camaño procesó con prisión al conductor del auto, J.P. de 25 años, por un delito de homicidio culpable y omisión de asistencia y al acompañante G.E. también de 25, sin prisión por el delito de omisión de asistencia debiendo concurrir, como medida alternativa, dos veces por semana a la comisaría.