Paysandú, Martes 14 de Octubre de 2014

Formación técnica para jóvenes de Quebracho

Opinion | 12 Oct “Educación, educación, educación”, había sido una de las promesas formuladas por el presidente José Mujica en su mensaje inaugural ante la Asamblea General, lo que es por cierto un sustento de acción compartido por la unanimidad de los partidos políticos y seguramente por todos los ciudadanos que buscan el bienestar de su gente.
En ese sentido, no sin contratiempos se ha logrado promover y aprobar la creación de la Universidad Tecnológica del Interior, con apoyo de todos los partidos, lo que es un paso de muy plausible en canto a romper con un esquema muy rígido de centralización en todas las áreas de la educación, y donde hay un marcado déficit en cuanto a los programas y posibilidades respecto a las reales necesidades del mercado laboral.
Respecto a los problemas de la enseñanza, la cosa va mucho más allá en cuanto a la generación de oportunidades si nos remitimos a la situación que vive el interior profundo, es decir las localidades ubicadas en el Uruguay tierra adentro y alejadas de las capitales departamentales, donde los jóvenes tienen escasas oportunidades de formación laboral y opciones para abrirse paso en la vida.
Y si estamos hablando de localidades del interior departamental y oportunidades, donde hay necesidad de polos de desarrollo que son a la vez los mayores generadores de empleos genuinos, debemos tener presente que para los sanduceros reviste particular importancia la evolución que ha venido registrando Quebracho en los últimos años, que en su momento dio el salto de pueblo a Villa y ahora ha sido elevada merecidamente a la categoría de ciudad.
Pero el crecimiento debe ser acompañado y sobre todo sustentado en la correspondiente infraestructura en servicios, por ejemplo, más allá de los requerimientos viales y ordenamiento territorial, de la oferta de vivienda decorosa, de lugares de esparcimiento, de generación de fuentes de trabajo y oportunidades para que la ciudad se constituya en un foco de regeneración cultural, de interacción con la comunidad circundante en una amplia área de influencia, que precisamente ya la tiene Quebracho. Y la educación y formación de los jóvenes es una apuesta al presente y el futuro que es parte indivisible de este salto ya imprescindible para estar a tono con el desafío que surge como parte indisoluble de la apuesta al crecimiento y el desarrollo.
En este sentido, hablando de servicios y de enseñanza, un objetivo prioritario debería ser el contar con cursos de UTU en una dependencia específica de este organismo, tal como existe por ejemplo en la ciudad de Guichón, donde miles de alumnos han egresado ya con el paso de los años y se ha constituido en un foco cultural y de capacitación formidable para una amplia zona, con un bien fundamentado prestigio.
Precisamente el crecimiento de la población de Quebracho, con varios emprendimientos agroindustriales en el lugar, donde se cuenta además con una Escuela de Alternancia en Guaviyú, abre la perspectiva de una masa crítica de jóvenes con necesidad de capacitación para un potencial de requerimiento de mano de obra y emprendedores como infraestructura de apoyo en este esquema.
A la vez, existe la posibilidad de incorporar más estudiantes de una amplia zona al Ciclo Básico, acompañando este salto de calidad imprescindible en el área, y con una oferta razonable de oficios tradicionales, que siempre hace falta, pero sobre todo con especialización dirigida específicamente a formar mano de obra calificada para las ofertas laborales de la zona, que son variadas, empezando por el manejo de maquinaria forestal y de otras actividades agropecuarias, sin olvidar los empleos que se requieren en talleres e infraestructura para reparación de máquinas, constructores, albañiles, carpinteros, herreros, electricistas, sanitarios, técnicos en informática y otros equipos electrónicos, que son apenas la punta de un iceberg de actividades conexas y que reciclan recursos y promueven el conocimiento aplicado. Y lo que es más importante, el conocimiento es palanca del emprendedurismo, algo que se necesita y mucho para que Quebracho continúe en la senda del desarrollo.
Y no se trata de soñar despiertos, sino de una posibilidad y una realidad que está al alcance de la mano, para lo cual es preciso contar con el impulso de las autoridades locales y departamentales, así como también con las fuerzas vivas y legisladores del departamento --que seguramente están de acuerdo-- para entre todos generar la huella y el apoyo que conduzcan hacia el logro de un objetivo que a la vez se inscribe en los lineamientos difundidos reiteradamente por autoridades del Codicen y de las autoridades de UTU, en cuanto a descentralizar y llevar al Interior las oportunidades laborales que hoy están faltando.


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