lo tiró al agua, pero ya muerto

Policiales | 13 Oct “Omisión de asistencia” fue la responsabilidad penal que encontró la jueza María Jimena Alonso para la persona que --en principio y equivocadamente-- fuera inculpada del homicidio de un hombre cuyo cuerpo fue encontrado en la tarde del viernes en el arroyo Sacra. En un giro inesperado en relación a los antecedentes de la información, la decisión judicial fue tomada en base a las declaraciones que hizo el propio imputado en el despacho, donde --según fuentes vinculadas al caso-- quien fuera detenido como sospechoso de haber intervenido en la muerte de quien era conocido como “el Chino” habría reconocido que se reunieron debajo del puente Independencia y mantuvieron una discusión. Por ese motivo, lo habría empujado y el luego occiso cayó al suelo de espaldas, ante lo que la persona sospechada se habría retirado del lugar. Según se indicó, luego esta persona --compañera del fallecido desde hace unos cinco años-- volvió al lugar y encontró a su amigo “sin respirar”, ya muerto, y le habría quitado el pantalón y el calzado. Luego se retiró del lugar.
Al mediodía del sábado, enterado por el diario que el cuerpo de “el Chino” había sido encontrado, fue a la seccional primera de Policía a averiguar por el estado de la investigación, presentándose como hermano del muerto. Esto despertó sospechas en los policías, que terminaron deteniéndolo en averiguaciones.

INTERPRETACIÓN ERRÓNEA
Trascendió que, en sus declaraciones a la Policía, esta persona habría reconocido que estando debajo del puente y junto al arroyo Sacra estaban discutiendo y empujó a “el Chino”, lo que fue interpretado como que lo había arrojado al agua, y de ahí que se pensara --en un principio y con estas bases-- que había sido un homicidio, lo que finalmente no fue probado y la carátula del expediente por el cual se le abrió proceso fue, como queda dicho, por omisión de asistencia. Más allá de que continúan las actuaciones, la Justicia habría considerado que el proceder del imputado no era el que correspondía, ya que al haberlo empujado en primera instancia, y luego al volver y encontrarlo muerto, debería haber dado aviso a las autoridades y no lo hizo.

DESDE HACE 5 AÑOS
Las sospechas se fundaban en que estas dos personas se conocían desde unos cinco años atrás, que ambos compartían eventualmente la vivienda del fallecido, y trabajaban en lo que en la jerga se conoce como “el volqueteo”, es decir recuperando materiales reciclables de las volquetas. Según se supo, solían juntarse en la zona del puente Independencia luego de la recorrida, aunque hasta hace unos días no vivían en esta zona.
Al respecto, familiares del occiso dijeron a EL TELEGRAFO que “el Chino” vivía hasta hace un tiempo en el mismo terreno del padre y un hermano --en este caso sí, cerca de calle Independencia-- donde ya lo frecuentaba su amigo. Luego obtuvo un terreno y vivía “hace ocho meses” en la zona de avenida Israel, a varias cuadras al este de Independencia. Allí, muy asiduamente, habría ido el ahora imputado de “omisión de asistencia”, ya que no tendría un lugar fijo más allá de la precaria vivienda que habían construido en ese terreno. Sin embargo, ese lugar fue “vendido” días atrás a una tercera persona --vecina conocida--, quien ya había pagado el valor pactado, desconociendo sus familiares dónde iba a vivir.

NO ESTÁ CLARO
Según fuentes consultadas, no está clara la causa de la muerte de “el Chino”, ya que su cuerpo --que habría estado más de 12 horas en el agua del arroyo Sacra-- no presentaba heridas ni golpes que ameritaran la muerte, y tampoco aparentes lesiones internas, según el trabajo primario de la forense. Sin embargo, muestras de sus órganos fueron remitidos al laboratorio judicial en Montevideo, a fin de conocer detalladamente la situación. De esta manera, se desconoce oficialmente la causa del deceso, que se estima ocurrió antes de haber sido arrojado al agua, ya que los pulmones tenían muy poco líquido, lo que haría pensar que no fue un caso de asfixia por inmersión, y es lo que hizo necesario que se realizaran análisis más profundos para identificar fehacientemente la causa de la muerte.