Opinion | 12 Oct En junio de 2011 dijo el presidente José Mujica: “Nosotros tenemos que cuidar la caminería interior de los departamentos del Interior, después tenemos el sistema nacional y ahí hay que ir desgraciadamente a ‘el que rompe paga’; tenemos que hacernos cargo de eso porque si no vamos a quedar ahogados en el problema de mantenimiento de los caminos”.
Para eso pensó en esos días en gravar las extensiones de tierra mayores a 2.500 hectáreas, en el marco de un polémico proyecto que finalmente resultó declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia.
Tres años después, los vecinos cansados del mal estado de las rutas, cortaron el paso a los camiones de Montes del Plata y sin previo aviso. Lo inefable de la situación es que cuenta con el apoyo de los camioneros que permanecen estacionados al costado de la carretera.
Los reclamos parten de los residentes en la zona de influencia de las rutas 12, 54 y 55 que solicitan la presencia del ministro de Transporte y Obras Públicas, Enrique Pintado, para que verifique el estado de situación y observe que los arreglos efectuados han sido de tan mala calidad que se hace visible después de cada lluvia intensa. Como las últimas que ocurrieron hace pocos días.
Y así como la multinacional tiene que sacar su producción, los productores agropecuarios también deben hacerlo, por eso resolvieron concretar las paralizaciones en cualquier momento del día y por tiempo indeterminado.
En tiempos electorales donde la sensibilidad política está a flor de piel, seguramente se especulará con las opciones políticas de los afectados. Pero como ejemplo bastan las declaraciones realizadas a la agencia EFE por Jaako Sarantola, vicepresidente y responsable de la división de celulosa de UPM, al remarcar que “se deberían mejorar las infraestructuras para facilitar la logística, sobre todo la red de carreteras y las instalaciones portuarias”.
Pero la necesidad de mejorar la red de carreteras no es solo para la industria celulósica que ha recibido suficientes beneficios estatales, sino para todo lo se mueve en el país a través de estas arterias y así podríamos referirnos a los traslados de emergencia, cuyas ambulancias que recorren el territorio a lo largo y ancho, conocen esta problemática; o la accesibilidad para el turismo.
Pocos días después de aquel famoso “el que rompe paga”, reafirmó que si no se tomaban medidas el país caerá en un “apagón logístico, una crisis de carretera que nos puede maniatar. Si se sigue esperando un mayor crecimiento para invertir en rutas, no va a haber crecimiento, porque no vamos a tener cómo sacar la producción”. A más de tres años de aquellas palabras, los vecinos de Montes del Plata han tomado las cuerdas.