Pablo Lemoine

Deportes | 13 Oct La emoción del triunfo y la clasificación de Los Teros al Mundial de Rugby de 2015, se asomó como un resabio, como un desafío en el rostro y en las palabras del entrenador Pablo Lemoine, quien no pudo ocultar todo lo que significó para él esta conquista.
“Sí, estoy emocionado. Fueron cuatro años en los que muchas cosas quedaron de lado, de meterme en esto, hasta el límite de dejar para atrás la familia, la salud. Siempre creí en lo que buscábamos, por todo lo que me convencieron los jugadores. Y así llegaron desafíos a los que respondieron siempre de la mejor forma. Fue un mutuo compromiso, grande que no se podían hacer las cosas por la mitad.
Y este gran compromiso con los jugadores culmina con este objetivo cumplido que me demostró que valía la pena todo el esfuerzo hecho”.
Agregó que “en este momento no puedo olvidarme de quienes creyeron en mí. Chelo, Gustavo y Pino, que siempre fueron solidarios conmigo, que me entendieron. Cuando llegó el momento de pedir un viático para los jugadores respondieron, siempre en el momento que llegó el pedido estuvieron dispuestos, y estoy enormemente agradecido. Es gente que ama el rugby.
Y los chicos lo entendieron y gracias a ellos pudimos dar el paso que buscábamos. Está claro que a este deporte hay que amarlo, tomar riesgos. Porque el convencimiento de todos y cada uno es lo que realmente vale, mucho más que la plata, que cualquier cosa”.
Destacó que, en el entretiempo, les dijo a los jugadores “este partido no lo podemos perder. No nos quedaremos fuera del Mundial porque nos marcaron 17 puntos y un try en el último minuto. Ellos (los rusos), también sabían que no íbamos a quedarnos afuera. Metieron cabeza, el equipo explotó. Ya lo habíamos conversado antes, que el rival no era un equipo fuerte de cabeza y no quería este mundial como nosotros. Era para el que lo quisiera más. La diferencia estuvo en eso, que cuando ellos levantaron para quererlo, nosotros fuimos y los bajamos”.
Consultado sobre cómo vio al rival, dijo “me pareció que ellos en este segundo partido vinieron como para cumplir. Hay que jugarlo a ver como sale. Cuando se encontraron que Uruguay venía a pasarlos por encima, varios jugadores de ellos se quebraron.
Nunca nos den por muertos a los uruguayos. Somos por naturaleza unos guerreros y ese fue uno de los principios que intentamos meterle a nuestros jugadores. Aprendimos de esos partidos en los que nos quebramos de cabeza. Por eso, cuando la charla en el vestuario, replantearnos todo lo que había pasado, fuimos duros con nosotros mismos. Y cuando uno es duro con uno mismo, es cuando salen las cosas. No hay nada fácil en ningún ámbito y es lo que transmitimos como principal valor”, concluyó.