Paysandú, Lunes 20 de Octubre de 2014
Rurales | 19 Oct Con el propósito de motivar a emprendedores sanduceros se llevó a cabo en nuestra ciudad un seminario “Emprendimientos Biotecnológicos: La ciencia como motor de nuevos negocios”, en el marco del cual se mostraron las posibilidades que esta rama ofrece para el desarrollo de emprendimientos comerciales en nuestro país.
Estos emprendimientos, se explicó, pueden ser derivados de líneas de investigación propias y/o explotando equipamientos y habilidades técnicas desarrolladas en los diferentes laboratorios y centro de investigación de nuestro país.
En esta jornada se expusieron algunos datos acerca de la relevancia que tienen hoy los emprendimientos comerciales basados en la biotecnología, un sector en el que hay 62 empresas. Un estudio promovido por la Asociación Uruguaya de Biotecnología, Audebio, presentado por su coordinadora, Fiorella Polcaro, del cual participaron 37 de esas empresas, reveló que las mismas exportan en promedio un tercio de su producción, que dependen fuertemente de proveedores extranjeros --lo que abre un margen para desarrollo de proveedores locales--, que casi todas invierten en investigación y desarrollo (I+D) y que emplean 2.597 personas, de las cuales 388 son profesionales.
Las principales áreas de trabajo de estas empresas son en biotecnología animal, salud humana y servicios. De acuerdo a cifras de Audebio, Uruguay importa insumos biotecnológicos por 120 millones de dólares al año y exporta 30 millones. El crecimiento de las exportaciones fue de un 68%, en el período de 2010 al 2012 y los principales productos fueron los granos genéticamente modificados, medicamentos para uso humano y vacunas veterinarias.
También se indicó que el 70% de los empresarios aumentó el nivel de ventas, “no por aumento de precios sino por aumento de volumen físico de exportación”. Otro dato significativo acerca del sector, presentado en este caso por Atilio Deana, responsable del sector de transferencia de tecnología del Instituto Pasteur de Montevideo, es que en el momento las dos incubadoras de empresas --Bioespinn, de Instituto Pasteur y Khem, del Polo Tecnológico de Pando-- están trabajando a capacidad completa con 8 nuevas firmas, es decir que promueven un crecimiento en más del 10% de la cantidad de empresas del sector y la expectativa es que no den abasto en el futuro próximo.
ESPECTRO
Deana realizó una exposición que permitió visualizar el amplio abanico de posibilidades que ofrece la biotecnología, que más que un sector en sí mismo, atraviesa las diferentes actividades de la economía ofreciendo posibilidades de mejorar lo que ya se está haciendo.
Las biotecnologías se clasifican por colores: en Blanca, orientadas al sector industrial; Verde las aplicadas a los vegetales; Azul en referencia al agua y el mar, así como la pesca y la vegetación propia de éstos y la Roja, vinculada a la salud humana y animal, explicó Deana.
Respecto a la biotecnología, explicó sobre la Blanca que “la idea es optimizar procesos industriales, reemplazando tecnologías que generalmente son contaminantes, y pasar a tecnologías más limpia. Lo vemos en la industria papelera, hay sustitución de agentes químicos por agentes biológicos para hacer el aclarado del papel, el limpiado del papel; el uso de enzimas y biocatalizadores en todos los sectores, desde la producción de un detergente, donde se le puede poner una enzima para sacar las diferentes manchas, hasta enzimas que pueden ser utilizadas en bioenergía, por ejemplo para usar el bioetanol, parta obtener el biodiesel”.
Deana considera que la Biotecnología Azul es la menos desarrollada y a la vez ofrece infinidad de posibilidad de desarrollo en investigación.
Acerca de la biotecnología Verde, el investigador del instituto Pasteur puso como ejemplo el mejoramiento genético de las plantas. “Los árboles de eucaliptos que están forestando por acá son todos de la misma madre, son de la misma planta. Es increíble cómo puede uno tener millones de árboles todos derivados de una única planta, y eso todo derivado de la biotecnología”. También mencionó el mejoramiento de suelos mediante la utilización de microorganismos.
Deana no eludió la controversia sobre los cultivos transgénicos. “Sé que trae mucho rechazo, pero es por el tema de los transgénicos que tenemos actualmente. Lamentablemente ahora lo que vemos es un asociación entre los productos transgénicos y productos agrotóxicos, que hacen mal al suelo, que hacen mal a los agricultores, que son dañinos y que en realidad no tiene por qué ser la regla”, dijo.
“Para mí en el futuro eso va a ser la excepción y el pasado negativo que tuvieron los transgénicos va a quedar en el pasado y vamos a tener que ir a una nueva era de transgénicos, donde sean beneficiosos para el suelo, que no dañen al agricultor y al trabajador”, anticipó.
Finalmente la biotecnología Roja es la que mayor desarrollo e impacto en la economía tiene en nuestro país y a escala global, de la mano de la salud humana, pero también en la medicina veterinaria, específicamente la vinculada a la ganadería. También destacó el desarrollo que se está registrando en la investigación de las células madres, algo de lo que nuestro país todavía está bastante alejado.
RUMBO
En la apertura del seminario participó en representación de la Intendencia el director general de desarrollo Ruben Álvarez. Para el jerarca esta instancia fue “un hito más en lo que venimos llevando adelante con la Agencia de Desarrollo, Dinapyme, OPP. En Paysandú nunca se ha hecho un seminario de este tipo. Son nuevas tecnologías que se vienen aplicando. Paysandú se viene preparando en este rumbo, y esperemos que esto sea un puntapié inicial para seguir realizando actividades como esta”. Por su parte el gerente de la Agencia de Desarrollo Departamental, Horacio Ragni, destacó las posibilidades de desarrollar nuevos emprendimientos que ofrece este sector y el interés que despierta en el departamento.
“Es el espíritu sanducero de querer superarse, de querer desarrollar, de querer sobresalir, de buscar alternativas como comunidad. Mantener su historia industrial, no tradicional, y desarrollar nuevas tecnologías, en nuevas áreas, como tiene gran avance la parte de alimentación, como la parte agrícola ganadera, y un sinfín de áreas más que se están desarrollando”, dijo.
UNA FÁBRICA EN UNA VACA
Respecto a la biotecnología Deana también menciono el caso de los animales transgénicos y especialmente describió como muy interesante una experiencia que se lleva a cabo en Argentina.
“Hay una empresa que se dedica a producir la hormona de crecimiento humana a partir de la leche de vaca. Entonces hicieron una vaca transgénica que tiene el gen de la hormona de crecimiento humana, que se produce solamente en la leche, porque si no la vaca sería gigante. Se produce solamente en la leche y se lo extrae, se purifica, a partir de la leche. Una vaca sola puede suministrar suficiente hormona de crecimiento para toda América Latina. Es brutal el potencial que tiene esto”, afirmó.
Deana indicó que se trata de hormonas “que son ya conocidas y muy accesibles al mercado. La ventaja de usar una vaca para hacer hormona de crecimiento es que la planta de producción con fermentadores y grandes infraestructuras uno lo reduce a una vaca. La vaca termina siendo un biorreactor de esa hormona. Esta empresa está abriendo otros productos y también haciendo otros productos que agregan valor a la leche, pero no llegan a ser un medicamento. Ahora están experimentando con un producto que destruye el virus de la diarrea infantil, entonces acá en Uruguay es poco el impacto, pero en África vaya si será importante tener acceso a ese tipo de productos”.
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