Opinion | 16 Oct Se celebró en la víspera el Día Internacional de las Mujeres Rurales, fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas. Las mujeres rurales son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos, desempeñan un papel importante en la preservación de la biodiversidad y garantizan la soberanía y seguridad alimentaria desde la producción de alimentos saludables.
Sin embargo, en América Latina un gran número de ellas viven en situación de desigualdad social, política y económica con apenas el 30% de titularidad de la tierra, del 10% de los créditos y del 5% de asistencia técnica, indica un estudio de la FAO sobre América Latina. Asimismo, el 46% de las mujeres rurales no tienen ingresos propios y el 54% están por debajo de la línea de pobreza.
Su aporte a los datos oficiales sobre la economía rural es invisible. Por ello, son invisibles también sus necesidades y problemas. El organismo internacional ha exhortado a los gobiernos a asumir el desafío de fortalecer su voz para que los estados construyan políticas de apoyo productivo y de protección social, que respondan a sus necesidades como mujeres productoras y como integrantes de familia. Compatibilizar esa doble perspectiva es un desafío complejo de enfrentar, pero urgente de resolver.
Muchas mujeres rurales calificadas como inactivas, en realidad producen para el autoconsumo. En todos los países de la región, los hogares de las mujeres no remuneradas son mayoritariamente encabezados por un hombre y tienen una mayor dependencia infantil. Esto se relaciona con la situación conyugal de los trabajadores no remunerados: el 69% de las mujeres tienen pareja y el 86% de los hombres son solteros, lo que confirma que son los hijos. Mientras los hombres cuando se hacen adultos se insertan en trabajos remunerados, las mujeres continúan aportando a la finca sin recibir ingresos.
La economía agraria y la producción de alimentos, la educación y sus formas de acceso, el empleo y su justa remuneración son ejes que inciden en forma directa en el desarrollo de las mujeres rurales.
Si bien no existen consensos sobre cómo definir el concepto de ruralidad, de acuerdo a datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística de nuestro país, el 5,43% de la población es rural (175.613 personas) y dentro de estas el 43,7% son mujeres.
Con foco en ellas, el Ministerio de Desarrollo Social inició una campaña por los derechos de la mujer, en el marco de la que se difunden leyes, decretos y normativas vigentes.
Otras tareas similares, muchas veces desconocidas, que realizan organizaciones sociales y rurales, así como grupos organizados por mujeres rurales, constituyen necesarios granitos de arena con miras a mejorar su calidad de vida y la de sus familias, así como su participación social y el ejercicio de sus derechos en el marco del aporte sustantivo que realizan al desarrollo del país.