Rurales | 22 Oct Ricardo Reilly Arrarte asumió este lunes la presidencia de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y destacó su emoción al asumir “la enorme responsabilidad de conducir los destinos de la institución agropecuaria más antigua del país”, informó El País.
Integrante de la cuarta generación de una familia que ha estado muy vinculada al campo, recordó a su bisabuelo Gonzalo Arrarte Corbo, “hijo de inmigrantes, que supo ser vicepresidente de ARU, acompañando al doctor Enrique Saavedra, y también presidente de la Federación Rural”.
Dijo que por la institución “han pasado ilustres dirigentes gremiales, productores ejemplares, pero por sobre todas las cosas, una lista interminable de personas de bien, de trabajo, que con su capacidad, su tiempo y dedicación han sabido liderar los procesos de cambio más trascendentes del sector agropecuario a lo largo de la vida del país”.
En su alocución ante un importante número de dirigentes, mencionó a Hernandarias, que alcanzó los más altos escalones habiendo sido criollo. “Tenía algo bien claro: que no bastaba con alcanzar la cúspide de la pirámide de mando en la cual uno se mueve, sino que una vez arriba, había que demostrar en los hechos que uno estaba a la altura de la circunstancia y que tenía el conocimiento de causa de la realidad sobre la que le tocaba actuar”.
Y ahí, dijo Reilly Arrarte, estará el principal desafío “de saber leer, interpretar desde adentro, la realidad del sector más dinámico y relevante de la economía nacional, como es el sector agropecuario y su entorno socioeconómico”. Recordó que cuando le tocó asumir la presidencia de la Sociedad de Criadores de Hereford, un amigo le preguntó por qué se dedicaba a la actividad gremial, honoraria, que quita tanto tiempo a la familia y no supo qué responder. “Hoy, pasados unos años, asumo este cargo con una profunda convicción. Que si uno entiende que algo tiene que cambiar en la vida del país o que algo tiene que mejorar, no le queda otra que involucrarse y trabajar para cambiarlo, desde el lugar que se sienta más cómodo”. “Y vaya si esta institución, al igual que tantas otras, son lugares para sentarse a dialogar, a trabajar, para generar ideas y propuestas que después sean de utilidad no solo para el sector productivo, sino para el país”.