Opinion | 23 Oct La promoción de la calidad de vida y la adopción de conductas y prácticas saludables cuentan con programas específicos en distintas instituciones que desarrollan políticas de salud.
La mejora del estilo de vida, así como en cierta medida también las modas, hacen que cada vez más las personas realicen actividades que implican ejercicio físico con miras a la prevención de enfermedades o la búsqueda de bienestar.
En general, las ciudades ofrecen diferentes espacios físicos para el desarrollo de actividades de este tipo, algunos en ámbitos cerrados y otros al aire libre. En Paysandú, por ejemplo, desde hace varios años la Intendencia ha impartido clases de gimnasia en el Estadio Cerrado y centros de barrio, existiendo además una abundante oferta de posibilidades de ejercitación en establecimientos privados como clubes deportivos y gimnasios.
No obstante, son limitados los espacios que ofrecen la posibilidad de realizar ejercicio físico al aire libre. Entre los existentes, se destaca la Plaza de Deportes, que ha mejorado notoriamente su infraestructura y funcionamiento en los últimos años. En cambio, hasta el momento no se han instalado aún aparatos de ejercicio físico en espacios públicos ni hay ciclovías o bicisendas que permitan andar en bicicleta en un espacio preferencial para ello y con adecuadas condiciones de seguridad en el tránsito.
En repetidas oportunidades se ha manejado la posibilidad de construir una ciclovía a un lado de la ruta 90 fundamentalmente en la zona comprendida entre el Trébol y la Exposición Feria, ya que la combinación de ciclistas y peatones en las banquinas genera cierto riesgo de accidentes puesto que se trata de una ruta de intenso tránsito.
En tanto, con el particular y bello paisaje del río Uruguay como telón de fondo, existe en la Costanera hasta las inmediaciones del arroyo La Curtiembre una senda peatonal que, aunque un tanto desmejorada --y mucho menos concurrida que ruta 90--, aún puede ser utilizada para caminatas.
En este sentido, sería bueno estudiar el uso que los sanduceros dan a los lugares públicos y pensar en generar nuevas oportunidades de recreación, esparcimiento y oportunidades para promover una vida saludable, por ejemplo, facilitando la práctica de ejercicio físico.
La instalación de aparatos para hacer ejercicio físico al aire libre, similares a los que existen en plazas y avenidas de otras ciudades del país, podría ser bienvenida en algún lugar de la costa, por ejemplo, más aun considerando la importante cantidad de sanduceros que la visitan en primavera y verano.
Esto no representaría grandes inversiones para el erario público y podría significar un aporte interesante a los ciudadanos que, felizmente, cada vez más se interesan en cuidar su salud.