Paysandú, Jueves 30 de Octubre de 2014

Opiniones

Solicitada

Locales | 23 Oct Hora de cambiar
Están culminando dos períodos de Gobierno con mayorías absolutas (sin las cuales, parecen no saber gobernar) de políticas inoperantes en épocas de bonanza y cortina de humo. Recordemos algunas perlitas de esta década perdida por la “ideología hegemónica”.
Educación: dominada por los sindicatos e imposibles de abarcar sus desatinos. Los últimos. Horas sin asignar a fines de julio de 2014, por lo tanto miles de jóvenes sin aprender. Proyectan incorporar prueba lectora para saber si “comprenden lo que leen” a quienes ingresan a la Universidad. ¡Educación, educación, educación; desastre, desastre, desastre!
Seguridad: innumerables desatinos. Desde el lejano secuestro de los senadores por los “menores infractores” en 2005, la liberación de presos, la sensación térmica, el inefable Bonomi con sus justificaciones insólitas. Asonada a la Suprema Corte de Justicia. Quema de muñeco de policía. Maestras agredidas por padres. Feriantes agreden inspectores de Aduanas, etcétera; imposible llevar la cuenta. Código Penal sin imprescindibles modificaciones de fondo.
Gobierno cívico sindical: los sindicatos cogobiernan con un MTSS desbalanceado hacia ellos, avalando todas sus desmedidas demandas. Desde Adeom que domina a la IMM, pasando por la toma del parlamento por el Sunca o la comprobada corrupción de ASSE. Apología de la cultura del no trabajo y vivir a costilla del Estado, nefasto ejemplo para las generaciones jóvenes. Ahogo y persecución gremial de empresarios y alabanza a la autogestión, permanentemente fomentada y sostenida económicamente por el Gobierno. Autogestión que además modifica salarios y cantidad de trabajadores, ambos a la baja, antes de comenzar y continúa con números rojos. Esta solución es sistemáticamente negada al empresario en problemas. Caída de paradigma: nunca hubo tanta inversión extranjera en el país, antes denostada por toda la “coherencia izquierda vernácula”. Entre ella la propiedad de la tierra. ¡Oh!, ¿no era “sólo para el que la trabaje”? Antes eran leoninos los organismos de crédito internacionales, símbolo del capitalismo más acendrado e históricamente cuestionado por la izquierda. Hoy, ¡oh!, no sólo aceptados, sino elogiados. Cadenas como Ta-Ta o el peligro de más del 50% de los frigoríficos en manos brasileras. Megaminería o el puerto de aguas profundas impulsada por el ejecutivo. ¡Oh!, soslayando las autorizaciones de los organismos gubernamentales pertinentes.
Economía: inflación desbocada y maquillada con tarifas y acuerdos de precios insostenibles por comerciantes (cualquier parecido a la “seria” política argentina es pura coincidencia). Impuestos en aumento. Desaceleración de la producción industrial, aumento sostenido de déficit fiscal y deuda externa. Le vendieron a la gente la gran mentira haciéndoles creer que eran “los dueños de la pelota”, de la moneda fuerte y manejaban las reglas económicas. No que están regidas por los vaivenes de la economía mundial, con sus flujos de inversión ante los que anda hicieron. Ahora que EE.UU. comenzó a recuperarse, por ende el dólar y su tasa de interés suben, con ellos comienzan a enlentecerse la inversión externa y nuestro tan alabado consumo interno, gran parte de base a crédito que se volverá oneroso para las familias, sobre todo de asalariados, a los que jactan de defender. Un país caro, sin valor agregado ya que el costo salarial, impositivo y tarifado es sideral. Donde desde el dentífrico hasta la mayonesa son importados. El equipo infalible de Astori, enchastrado por la maniobra fraudulenta de Pluna, ahora con nuevos capítulos que confirman la vergüenza. La meta inflacionaria nunca cumplida. Equipo al que se aferra Vázquez, con la oposición de Constanza y sus huestes, que también dicen, ¡oh!, “no más de lo mismo”. Las “joyas de la abuela” mantienen sus constantes pérdidas, AFE inactiva, Ancap con déficit récord y combustible a precios siderales, que encarecen todos los costos de producción, distribución y logística; ni nombrar OSE, UTE y Antel con tarifas siderales. Todas monopólicas. Empresas estatales que además, tienen un sin número de SA bajo derecho privado, --ALUR, Carboclor, etcétera-- que igualmente dan pérdida, sin ningún tipo de control de su desempeño y balance, por organismo alguno; sólo tenemos que confiar en la “honradez” de sus “zurdos” directores. Todas estas irregularidades y pérdidas las pagamos con impuestos todos los uruguayos.
Obras públicas: prometidas pero ni acordadas. Ferrocarril de primera imprescindible para la carga de volumen, trancado en su aggiornamiento por su sindicato al que sólo le importa seguir conservando su inamovilidad. Carreteras saturadas y en mal estado. Caminos interiores intransitables. Dragado en veremos y a la espera de Cristina. Antel Arena con costo equivalente a lo recaudado por el impuesto al patrimonio, para tapar la negligencia de la desastrosa administración municipal de su “Heladera”.
Política exterior: sumisión ideológica en política exterior y comercio. Aferrados al estribo “confiable” de Brasil, todo dirigido por un Canciller de cuarta, sólo superado por Gargano de su desatino. En el exterior el presidente nos vuelve a tratar de haraganes para “realzar nuestra imagen” y filosofía, con su pinta de viejo vizcacha. Su autoelogio que vive del “mísero” sueldo de su mujer, se erige en representantes de la “patria grande”, acepta a Sirios y prisioneros de Guantánamo y se enorgullece del apoyo del más rancio capitalismo siempre que este apoye sus “sesudos proyectos marihuaneros”. El mundo (del revés) externo lo idolatra, por supuesto no lo sufre. Elegimos parias como compañeros de ruta y demorando acuerdos con países serios. Democracia mutilada: lo político por sobre lo jurídico. Imposible de controlar la gestión por la mayoría absoluta y regimentada, leyes horrorosas e inconstitucionales. Falta de coraje e incapacidad para siquiera insinuar la “madre de todas las reformas”.
Por esto y más, ¿elegiremos la continuidad de una década perdida? ¿Le prestarán mayoritariamente el voto al Frente Amplio y a los sindicatos, que ya prometen no dar tregua? ¿Soportaremos otro lustro de atropellos constitucionales de ministro y hasta del propio Presidente? ¿Frente Amplio con mayoría absoluta? ¿Qué pasara ahora que amaina el viento de cola? Pensemos, sin encandilarnos por lo poco que hicieron.
Ha llegado la hora de cambiar. Los lectores tienen la palabra. C.I. 2.837.857-0


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