Locales | 02 Nov Culminando los trabajos del año de la obra de restauración de la Basílica Nuestra Señora del Rosario, se inició una etapa de impermeabilización y arreglo de las paredes entre la cúpula, techos y terrazas. No se trata de una tarea de grandes proporciones, pero sí necesaria pues lo realizado en el techo del templo procura eliminar la filtración de humedad por los pretiles, revocados hace más de 100 años.
El párroco Antonio Mazza indicó a EL TELEGRAFO que “el proceso consiste en la cobertura con dos manos de membrana elástica y geotextil, terminándose con una capa de membrana asfáltica con protección contra los rayos ultravioleta. En las paredes va revoque y relleno con producto especial en las pequeñas fisuras, siguiendo un promotor de adherencia para que el nuevo revoque símil piedra se adhiera al ya existente”.
Cecilia Camacho, vocera de la empresa Collet-Neri, encargada de la restauración, añadió que “las puntas de las bóvedas del transepto que dan al sur y al norte y la del presbiterio que da al patio del Colegio del Rosario terminan en un cuarto de esfera. Esta superficie se hidrolavó, y todas las fisuras se trataron previamente. El tambor octogonal sobre el que descansa la cúpula y los laterales de las bóvedas aún conservan el revoque original, típico de la época y llamado símil piedra por su color y resistencia, pero con el paso del tiempo se ha desgranado, agrietado y vuelto poroso, por lo que es importante devolverle la consistencia, sin transformar su aspecto original ya que no podemos modificar nada del exterior de nuestro edificio emblemático y patrimonial. Para ello se ha logrado un revoque que se aplica en una delgada capa, que se adhiere mediante un líquido que mejora la unión entre el material antiguo y el nuevo, logrando un color y una textura idénticos al original”.

RESTAURACIÓN DE PINTURAS
Asimismo, Mazza recordó que “la restauración de las pinturas interiores es el paso que se realizará el próximo año. Pero habrá que esperar que llegue el próximo párroco y con él ver los caminos a seguir en esta obra, que es posible con el apoyo de la sociedad sanducera. Por ahora lo que hemos hecho es un convenio con la Universidad Politécnica de Valencia, España, a la cual se le ha pagado un estudio técnico de los pigmentos empleados por el creador Antonio Buscaglia a fines del siglo XIX, sobre todo en un exhaustivo análisis que permita la adecuada restauración. Tras ese informe, se ha conversado la posibilidad de un nuevo convenio en el que la universidad pondría sus técnicos y estudiantes, que tomarían esta obra como taller. Es una experiencia que ya han realizado en México y está todo muy bien encaminado”.

ACLARACIÓN
Respecto a un “Cortocircuito ciudadano” referente a su retiro, el sacerdote aclaró: “Por un lado, es exacto que para 2015 ya no voy a estar en Paysandú. Pero la persona que opinó en esa sección decía que el motivo era que pasaba a retiro. No, es simplemente que llevo seis años en el cargo de Superior de la Comunidad Salesiana y Párroco, luego de los cuales es normal que se presente la posibilidad de seguir trabajando en otro lugar”.
“Puede ser cualquier lugar salesiano de Uruguay, pero todavía no está definido, ni tampoco quién será que viene”.
“Quiero aprovechar para saludar a tantísimos amigos que he cosechado en Paysandú y agradecer a todos los que trabajaron cada día en la parroquia, tanto en la parte pastoral como en las diversas actividades que se han desarrollado, y también en todo lo que se logró desde el inicio de la restauración de la Basílica, tan querida y respetada por la sociedad sanducera”, finalizó Mazza.