Paysandú, Domingo 16 de Noviembre de 2014
Rurales | 09 Nov Una muy interesante actividad referida a biotipo lechero con más sólidos en el norte del país, se desarrolló el pasado jueves en dos tambos remitentes a Conaprole de la zona de Paso de Los Toros, los que a pesar de tener características bien diferentes tienen en común el trabajar con vacas más chicas, obtener precios más altos por litro y producirlos a costos menores que el promedio de los remitentes a esa cooperativa.
Se visitaron dos predios con ganado Jersey: la estancia San Carlos de la familia Larrosa Duhalde y posteriormente el tambo “El Mangrullo” del doctor José Baptista, al tiempo de exhibirse paralelamente algunos estudios realizados por el médico veterinario Esteban Krall Schroeder, del Centro Universitario de Paysandú.
La propuesta fue “mostrar sistemas de producción más sencillos y con menor costo de alimentación, como ser el caso de estancia ‘San Carlos’, en donde hay mucho pasto natural y en la lechería esto es algo que en el sur del país no existe”, aclaró a EL TELEGRAFO el doctor Krall.
Comentó que oportunamente “llevamos ganado Jersey de estos productores de Tacuarembó a la Estación ‘San Antonio’ de Salto de Facultad de Agronomía, evaluándolos tres años, y logramos buen estado al parto en vaquillonas Jersey y Holando rústico de esa estación”. Aclaró que esto indica que “hay otras propuestas de sistemas de producción, asociados a otros biotipos de menor costo, tal vez de menos producción por hectárea, pero en la variedad está el gusto y la vocación de la gente”.
La actividad generó expectativa a nivel dirigencial, haciéndose presente el gerente de Producción lechera y de Relaciones Cooperativas de la Cooperativa Nacional de Productores de Leche, el ingeniero Pedro Battistotti, el reconocido ingeniero agrónomo Daniel Zorrilla, y el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), doctor Raúl De Izaguirre.
“Esto demuestra que no fue solo una jornada de observar predios lecheros vinculados al Jersey y conocer estudios interesantes, sino que también fue una demostración de que hay más interés, no solo en el Holando grande, que tiene sus virtudes pero debe ser asociado a mayor alimentación y mucho costo, sino que hay otras opciones de lechería en el país”, indicó el docente universitario en Paysandú. Precisamente, desde nuestro departamento concurrieron productores criadores de la raza Jersey y estudiantes de la Tecnicatura Agraria.
Recordando que hace algún tiempo se efectuó una jornada en Paysandú, en donde se presentó el predio del productor Torterollo en el departamento de San José, con 900 dólares de ingreso neto por hectárea, trabajando con cruzas y Jersey, “esta jornada en Tacuarembó suma a la búsqueda no solo de una raza, sino más bien de una propuesta que asocie biotipo más rústicos desde Jersey o cruzamientos”. Expresó que los campos naturales al norte del río Negro “están demostrando buenos estados al parto en ganado Jersey, y en algunos casos muy buenos en ganado Holando rústico, lo cual es una diferencia sustancial”, según el profesional.
CAPACIDAD
El doctor Krall manifestó que “la capacidad de una vaca lechera se puede medir por la capacidad para transformar kilos de materia seca en sólidos, que es lo que más se paga, tanto proteína como grasa”. Sus trabajos de investigación coinciden que el ganado más rústico “le gana al Holando en la eficiencia de convertir alimento en sólidos. Si miramos la eficiencia desde el punto de vista del peso, uno sabe que hay buenos certámenes de producción que permiten comparar ganado y en donde determinada vaca es mejor que otra”, apuntó.
En estos concursos habitualmente se indica que una vaca de 40 litros es mejor que otra que también da lo mismo, pero como tiene mejor porcentaje de proteína, una es mejor que la otra y tiene premio. “A mí me falta saber qué peso tiene ese ganado, porque una cosa es una vaca de 40 litros con 3,5% de proteína y otra que también da 40 litros, pero con 3% de proteína. Yo quiero saber otro dato, porque tal vez la ganadora pesó 800 kilos y la otra pesa 600 kilos”.
Entiende que el peso es muy importante desde el punto de vista de las patas y el esfuerzo que el animal hace al caminar, pero fundamentalmente “es importante saber el gasto y el mantenimiento de ese animal, por lo que no alcanza evaluar el ganado por producción de sólidos al día, y tal vez no alcance por hectárea porque no sé qué comida dispone.
Cuando hablo de hectáreas no sé qué comida hay; puedo tener mucha producción por hectárea pero con gasto de suplementación muy alto. Puedo tener menos producción por hectárea de sólidos, pero con pastura barata, siendo sistemas muy distintos”, dijo.
Sobre la relación entre los sólidos y el peso del animal, el docente e investigador manifestó que “las vacas más chicas, cruzas, Jersey, Holando Neocelandés, o cruza de Jersey con Holando Neocelandés, siempre hemos determinado a través de varios trabajos, que producen más sólidos (proteínas y grasas) en relación al peso. Si esa variable importa desde el punto de vista de la eficiencia, tenemos que empezar a usarla en establecimientos particulares, y no solo en las investigaciones”.
A través de investigaciones “se ha evaluado conducta del pastoreo, viendo cuántas horas dedica la Jersey a comer pasto y cuántas horas descansa y rumea, observándose también ventajas en la raza y sus cruzas frente al Holando”.
Respecto al estrés térmico, en la Estación Experimental de Salto “se evaluó en dos grupos de vaquillonas Jersey, comprados en Paysandú y en Tacuarembó y la ingeniera Saravia hizo una tesis, donde encontró diferencias a favor del Jersey”. Aclaró que en Uruguay “somos bastante convencionales y tradicionales, lo cual es comprensible. Además, los cambios genéticos son de muchos años por lo que no se puede cambiar así nomás de una raza”.
NO ES SENCILLO
Esteban Krall expresó que el cruzamiento “no es un tema sencillo, porque está muy bueno cruzar, porque la media sangre Holando y Jersey tiene vigor híbrido y eso ayuda en la producción”. Comentó que en Argentina gente que hace muchos años que cruza “encontró que la ubre de la F1 Holando-Jersey se cae más rápido, por lo que hay que ser muy responsable.
Los cambios a largo plazo implican inversión económica muy importante por lo que hay que conocer todos los factores que brinda cada una de esas situaciones”.
“Hay que ver cómo se sigue después de esa F1, porque es una etapa de la vida de la vaca. Después a la que son media sangre, ¿qué le ponemos?”, deja como interrogante. Citó un trabajo realizado en Chile “que está muy bueno y que maneja alternativas de cómo seguir el cruzamiento”.
EL MANGRULLO
Ubicado en Sarandí de la China (kilómetro 240 de Ruta 5, departamento de Tacuarembó), “El Mangrullo” comienza su actividad lechera en marzo de 2008, definiéndose el sistema de producción a partir de su limitantes principales: área 101 hectáreas, formación geológica y tipo de suelos (basalto suelos 1 y 12), escasa cultura lechera en la zona y escasa disponibilidad de servicios.
En base a la valoración de las limitantes del sistema, se comienza caracterizando el biotipo animal para ese sistema. La vaca tendría que ser: pequeña (300 a 400 kilos); rústica (precoz, fértil, alta capacidad de sobrevivencia); de fácil manejo; hábil en el pastoreo (posible alta carga); con buena capacidad de utilizar concentrados; y con capacidad de generar un producto con valor diferencial (sólidos y calidad).
La alimentación se realiza con una base forrajera de verdeos de invierno: avena, ryegrass, cebada, trébol alejandrino; de verano: sorgo, sudan y praderas convencionales en base a tréboles rojo y blanco, lotus, festuca y achicoria.
Se utiliza suplementación invernal con silo de sorgo y se alimenta en sala, dependiendo de la época del año, entre dos y cinco kilos de balanceado.
El ejercicio 2013-2014 fue intenso en inversiones alineadas con la filosofía de la empresa. Se realizan las piletas de tratamiento de efluentes; se comienza a fertirrigar parcelas de agricultura forrajera; se instalan los silos de concentrados; se realiza una perforación y se adquiere un equipo de riego; se mejora la utilización de las reservas con la incorporación de comederos de hormigón.
Quedan pendientes no pocas metas: mejorar la recría, la base forrajera, la operativa silo planta entera y la alimentación otoñal; poner en funcionamiento el cañón aspersor de efluentes y el riego de pasturas; comenzar con la estrategia de venta de vaquillonas y vacas en base a la información objetiva que se ha generado.
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