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Paysandú, Miércoles 19 de Noviembre de 2014

Deserción de productores sigue siendo un tema preocupante en el sector lechero de la región

Rurales | 17 Nov La desaparición de productores de esta zona del litoral ha sido siempre un problema complicado, “y este año en particular lo vemos en el número de socios de la Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP), ya que el año pasado éramos cerca de 70 socios y hoy no llegamos a 60”, manifestó a EL TELEGRAFO el doctor Sergio Filgueira, presidente de la Intergremial de Productores de Leche (IPL).
El también dirigente de la APLP señaló con énfasis este aspecto durante la asamblea anual de la gremial, desarrollada la noche del sábado en el Salón de las Tradiciones de la Exposición Feria de Paysandú, y que contó con la presencia del doctor Raúl de Izaguirre, presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), representantes de la Intendencia de Paysandú y técnicos vinculados al sector.
Filgueira recordó que el año pasado se efectuó una encuesta, en la que se conoció que un número importante de productores “no tenían pensado un recambio generacional y la media de edad de esos productores supera los 55 años, por lo que el establecimiento como productor de leche tiene un corto futuro”. Agregó que para la gremial tener menos socios “también es un problema”.
Manifestó que desde la APLP ha “tratado de pelear siempre y buscar todas las alternativas posibles para que especialmente el pequeño productor pueda mantenerse en el rubro”, pero reconoció que “lamentablemente si uno mira hacia atrás, desde hace 25 años a la fecha nunca han dejado de desaparecer productores, por lo que es una complicación a la que no le hemos encontrado hasta ahora una punta para decir que realmente frenamos la salida de productores del rubro”.
Similar circunstancia se vive en el exterior, “con un efecto de productores que quedan por el camino --no solo en la lechería--, pero los países competidores de Uruguay están en la misma situación: menos productores, más concentración de leche y más leche”.
En los últimos tiempos en Paysandú, Río Negro y Salto se ha visto más la deserción de los productores, “especialmente por el efecto de la agricultura en la región. Hasta hace cuatro meses el productor que dejaba el tambo lo arrendaba para la agricultura a muy buen precio, aunque hoy el panorama es otro y no sé cómo continuará de aquí para adelante, porque estamos parados en otra coyuntura y que no sabemos cuánto va a durar”.
Al referirse a las “herramientas” utilizadas para disminuir o terminar con la desaparición de tamberos, mencionó “los convenios con el Instituto Nacional de Colonización (INC), a través de los acuerdos con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca se apoyaron los fideicomisos de compra de tierras, los programas y planes que salen desde el gobierno han sido concertados con el Inale. Además de apoyarse desde la IPL y la propia APLP esas gestiones, tanto sea de créditos como los proyectos de agua”.
A esto se suma que “son pocos los productores que tienen un recambio generacional, además de la media de edad que supera los 55 y 58 años”. Entiende que desde el Estado “debería haber programas donde se pusiera la carne en el asador para que realmente aparecieran productores nuevos”, algo que reconoció no sucede en Paysandú.
No dejó escapar la posibilidad de resaltar los datos brindados recientemente en la jornada de información de la Federación Uruguaya de Grupos CREA (Fucrea), “con los buenos márgenes del rubro”, pero reconoció que “es un sector que tiene una alta dedicación horaria y mayores niveles de inversión”.

CAMBIOS DE INDUSTRIA
Respecto a la situación de “éxodo” de productores que dejan de remitir a la industria local para enviar su leche a otras empresas, el dirigente y productor dijo que “se debe a la coyuntura existente a fines del año 2013 y hasta mediados de este, y que fue el alto precio de la leche en polvo. Las industrias chicas de la zona, como PILI, Claldy y la propia Indulacsa, no tienen todavía la posibilidad de hacer leche en polvo y eso las dejó fuera de competencia frente a las industrias que sí podían hacerlo, por lo menos hasta junio de este año”.
Acotó que hoy eso se ha revertido totalmente “al existir una buena posibilidad de exportación que tenemos en el queso, mientras en la leche en polvo se ha dado todo lo contrario, ya que prácticamente no hay ventas al exterior en estos meses y sobre todo no hay pedidos”. Relacionó esto con lo que vive la industria Ecolat, “con una baja en el precio de la leche en polvo, haciendo que no le sea tan atractivo el negocio para seguir produciéndola”.

EL NEGOCIO
Sostuvo que “el negocio de las industrias es procesar la leche y, muchas veces lo vemos, lo que buscan es crecer en volumen; no importa si viene de 100 productores o de 10”. Reconoció que tal vez es “una visión errada” de su parte, porque concentrar en menos productores la producción hace que la industria esté más expuesta a un cambio de productor”.
Aclaró que esto “ha sucedido en Paysandú”, pero también tiene claro que “si llega a ir para adelante el proyecto de Bom Gosto y se abre la planta, va a dejar complicada a Conaprole, industria que lo va a ir subsanando porque tiene una salida paulatina, pero es algo así como el 10% de la leche de la industria y le va a complicar la vida”.
A esto se suman los proyectos industriales de crecimiento en todo el país. “La industria local PILI se plantea un crecimiento importante, al igual que Claldy. Conaprole se había planteado a nivel país un crecimiento interesante en la parte de secado de Villa Rodríguez, lo que ahora lo estarían reviendo. De todas maneras, las posibilidades de seguir creciendo en lechería está”, dijo el dirigente.

REALIDAD
Para el médico veterinario, “la realidad actual es que los tambos van creciendo, por mejor alimentación de sus vacas o productores que invierten para aumentar su producción, lo que indica que las vacas se siguen ordeñando en Uruguay”.
Pero contrariamente no se abren nuevos tambos en el país: “En los últimos cinco o siete años no se han abierto más de dos o tres tambos en el país. En cambio los productores se van, pero crece la producción de leche, demostrando claramente el efecto concentración”.

EXPORTACIÓN EN PIE
Sobre la exportación de ganado Holando en pie al exterior, Filgueira manifestó que “los países interesados nos exigen libres de determinadas enfermedades, como es el caso de la leucosis”. A nivel país “estamos haciendo una selección negativa y nos estamos quedando con el ganado positivo, lo cual es un problema”, añadió.
A nivel del rodeo, el número de vacas ordeñada no ha crecido”, dijo, por lo que la exportación de ganado en pie “aún no tiene una gran incidencia”. De todas maneras, entiende que “si se cortara la exportación en pie, traería para atrás una punta del negocio, ya que el productor se mantiene porque su ganado tiene buen valor y si limitáramos el precio, se vendría para abajo el de algunas categorías”.
Considera que Uruguay “debería controlar que no se exagerara demasiado en las exportaciones, que siempre quedara las puertas abiertas, tratando de trabajar un poco más con la sanidad en las negociaciones país-país, para no quedarnos tan drásticamente con la selección, sobre todo en leucosis”.

CRECIMIENTO Y LEYES LABORALES
Filgueira sostuvo que “las posibilidades de crecimiento existen en Uruguay. Deberíamos mejorar los aspectos reproductivos y los aspectos de la cría”. En los campos de la región “se está batallando para bajar la edad del entore de las vaquillonas, trabajando en tal sentido en los campos de recría, lo que generaría la posibilidad de tener más vientres pariendo por año, con vaquillonas que va a parir un año antes, aumentando la rentabilidad del tambo y del rodeo”.
Mencionó las “nuevas reglas de juego” a las que se debe adaptar el productor respecto a las leyes laborales, teniendo en cuenta que el trabajo en el tambo es los 365 días del año, y no hay feriados ni domingos. “Muchas veces la propaganda que se está haciendo a nivel de prensa en cuanto a los derechos del trabajador rural está jugando un poco en contra. Es bueno que el trabajador sepa cuáles son sus derechos, pero también deberían saber cuáles son sus deberes, como ser la prolijidad en el trabajo, el cumplimiento de las horas que tiene que trabajar”. “Esto lleva a que la relación laboral entre patrón y empleado, que hasta ahora venían siendo buenas y aceptables, tenga algunos conflictos por malos entendidos, básicamente”, añadió.


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