Paysandú, Viernes 28 de Noviembre de 2014
Rurales | 28 Nov La mortalidad de corderos al parto sigue siendo una de las principales fuentes de pérdidas en nuestros sistemas ovinos (media del 20%), donde el complejo “inanición-exposición al clima” es la principal causa de estas.
Desde la visión del productor esto parecería agravarse cuando, fruto de servicios de Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF), la parición ocurre de forma muy concentrada en el tiempo. A pesar de lo conocido del problema, poco es lo que en condiciones extensivas se ha podido avanzar, ya sea por la lenta y/o difícil respuesta en la utilización de montes y/o cortinas de abrigo, o por la impracticable y/o alta inversión que requiere el encierro y cuidado en parideras.
Un trabajo impulsado por la Facultad de Veterinaria en Paysandú, el INIA “La Estanzuela” (doctora Georgett Banchero) y el doctor Nicolás Errandonea, tuvo como objetivo evaluar en campo natural (disponibilidad promedio de 600 a 300 kilos de materia seca por hectárea y Proteína Cruda 12%) el efecto de una suplementación energético-proteica (Bloque Ovino Preparto Cobalfosal) y de un abrigo climático artificial (carpas de encierro modelo “Tico” y cortina de vientos en el alambrado con nailon de silo), durante siete días previo al comienzo de los partos. El ensayo se llevó a cabo entre setiembre y octubre de este año en el establecimiento “El Recuerdo”, ubicado cercano a la localidad de Tomás Gomensoro, departamento de Artigas. El predio se encuentra sobre suelos de basalto (IC promedio 95) y maneja un área restringida de 250 hectáreas, un sistema ovino criador con terminación de corderos pesados a campo natural, utilizando la raza Merino por Merino Dohne, a una carga promedio de 0,95 UG ovinas por hectárea.
Para este estudio se generaron cuatro grupos experimentales: lote sobre Campo natural; lote sobre campo natural más bloque; lote sobre campo natural y abrigo artificial; y lote sobre campo natural más bloque y abrigo artificial. Se utilizaron 341 ovejas gestantes de servicios de IATF en abril, esquiladas preparto, con 16% de borregas dos dientes y 10% de ovejas melliceras.
Las ovejas fueron manejadas a una dotación de 11 ovejas/hectárea (ocho hectárea/lote). Durante todo el trabajo se registró el consumo diario de los bloques, los vientos, temperatura y precipitaciones; y en tres recorridas diarias: las ovejas paridas, asistidas al parto, los corderos nacidos, abandonados y muertos en cada lote. Se buscó interferir lo mínimo posible para facilitar un buena “unión” entre la madre y los corderos. A la señalada (30 días pos parición) se registró el número de corderos vivos y el peso individual de ellos.
Las ovejas consumieron en promedio cinco kilos por cabeza de bloque en el período. La parición se concentró en siete días (85% de los partos), con una dispersión de 13 días. No se registraron lluvias de importancia, ni bajas sensaciones térmicas en ese período (mínima 12ºC).
RESULTADOS
El 6% de las ovejas fueron asistidas al parto (sin diferencia entre lotes). La mortalidad de corderos en las primeras 96 horas fue en promedio de tan solo 9%, siendo las principales causas de muerte la inanición por abandono y la distocia al parto. La mortalidad de corderos acumulada hasta la señalada fue de tan solo 11%, y el peso promedio de los corderos a ese momento fue de 11±2 kilos, evidenciando una corderada “pesada” y sobre todo “muy pareja”. Esto solo es alcanzable con servicios de IATF y una parición concentrada y a la vez mejor vigilada.
La buena calidad del campo natural ofrecido, y/o las buenas condiciones climáticas en el período de mayor concentración de partos no permitieron apreciar en su justa medida la utilidad del “abrigo artificial” y/o su interacción con el bloque, pero sí el efecto “atenuador” del abrigo en sí mismo (sensación térmica mínima 3ºC mayor en los lotes con abrigo).
No se apreciaron diferencias significativas de mortalidad de corderos entre lotes, pero a la señalada los lotes suplementados con bloque tuvieron una mayor producción de carne por oveja parida (10% más de kilos). Dada la mayor producción láctea que alcanzan las ovejas que consumen bloque, se estima que esta diferencia sea incluso superior al momento del destete, justificando la inversión realizada (U$S 4 por oveja aproximadamente). En años de baja disponibilidad y menor calidad del campo natural seguramente la potencialidad de esta herramienta sea incluso mayor.
La alta concentración de partos y la dotación utilizada parecieron no elevar en forma importante la mortalidad de corderos al parto, al menos con un bajo porcentaje de mellizos como el utilizado. La buena vigilancia establecida permitió, en condiciones extensivas y sobre raza Merino, disminuir los valores de mortalidad de corderos promedio del país y aproximarse, con mucho menor inversión, a los de sistemas intensivos con “encierro y uso de parideras” que algunos establecimientos vienen probando.
Por último es importante resaltar que este tipo de ensayos debe ser repetido para poder cuantificar el efecto “año” en sus resultados, pero no caben dudas que es posible, integrando instituciones, buen manejo y vocación “ovejera”, disminuir las pérdidas de corderos de nuestro país. El grupo técnico agradeció al establecimiento “El Recuerdo” (familia Errandonea López y personal de campo) por su colaboración y hospitalidad; al ingeniero agrónomo Juan Luis Algorta y Barraca Deambrosi por facilitar los bloques ovino preparto. El trabajo fue co-financiado por proyecto INIA FPTA Perfil 315.
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