Encañonó con revólver a otro joven

Policiales | 29 Nov La Justicia inició un proceso infraccional por amenazas a un adolescente de 16 años estrechamente vinculado a la banda de narcotraficantes que atemorizó --mediante amenazas, destrozos y lanzamiento de “molotov”-- casi un año a Guichón y que fuera desmantelada a través de la Operación “Invasor”, tras encañonar con un revólver a otro joven.
Un joven de 22 años alertó a la Policía de la Seccional 12ª que, momentos antes, llamaron a la puerta de su casa dos desconocidos. Al atender, uno de ellos le colocó el caño de un revólver en la cabeza, mientras su acompañante optó por arrebatarle el arma, emprendiendo ambos la fuga.
En base a la descripción aportada por el damnificado sobre los desconocidos, los policías practicaron un rápido patrullaje que permitió descubrir, en Avenida Artigas a la altura del cruce de la vía férrea, a tres individuos que, al sentirse sorprendidos, emprendieron la fuga, cayendo desde las prendas de vestir de uno de ellos un objeto entre las malezas. A escasa distancia, fueron detenidos dos jóvenes de 16, 17 y 18 años; dos de ellos oportunamente vinculados a la banda de narcotraficantes desbaratada. Una vez que los detenidos fueron conducidos a la comisaría, los policías regresaron al citado cruce de la vía férrea e inspeccionaron entre las malezas, hallando un revólver calibre .22 con ocho proyectiles vivos.
De retorno en la comisaría, fueron interrogados los tres detenidos, por lo que se citó a los padres de los menores para indagarlos en su presencia. El menor de 16 años y el mayor de 18 coincidieron en manifestar que el revólver pertenecía al otro adolescente. Según se desprendió de las declaraciones, el mayor habría solicitado al joven que portaba el arma y al otro adolescente que concurriera a casa del denunciante para recuperar una mochila que, según él, le habían sustraído días atrás. Con ese propósito, habría acompañado a los menores hasta la casa del denunciante, permaneciendo oculto en las cercanías. En conocimiento, la Justicia dispuso iniciar un proceso infraccional a los menores como autores, en los términos establecidos por el Código de la Niñez y la Adolescencia, de un delito de amenazas, imponiéndoles la prohibición de salir de sus hogares en horas nocturnas.