Locales | 07 Dic “Creo que en Uruguay hay elementos populistas a los que debe prestarse atención”, dijo la licenciada en ciencias políticas Gloria Álvarez, que estuvo en Uruguay pocos días antes del balotaje y que dio su conferencia “República versus populismo” en el Mac Center Shopping. EL TELEGRAFO la entrevistó el mismo 24 de noviembre, cuando llegó a Paysandú, pero debido a la falta de espacio en nuestras páginas antes del acto eleccionario y la posterior veda política, hoy publicamos la nota correspondiente.
La guatemalteca dijo a EL TELEGRAFO que “hay discursos que pueden dividir a la sociedad, que están buscando que la sociedad se vea confrontada y enfrentada” lo que le llamó la atención “siendo una de las sociedades más iguales de América Latina. Porque veo que tienen un 80% de la población en una clase media pujante, un 10% de ricos y un 10% de pobres. Eso es casi una excepción en América Latina. Entonces, hablar con ese discurso divisionista puede crear mucho daño”.
Álvarez dijo que “también he escuchado contradicciones en algunos de los discursos de sus líderes” y puso dos ejemplos. “Primero dijeron ‘educación primero, educación segundo, educación tercero’ y después dijeron ‘que bueno que no hay profesionales en el parlamento’”. Agregó que “dijeron que la mejor ley de medios es la que no existe y quieren pasar una ahora; o una reforma constitucional”.
No obstante, aseguró que “son algunos elementos populistas, no quiero decir con esto que Uruguay está sumergido en el populismo”. Gloria Álvarez llegó a Uruguay “porque me invitó Lourdes Rapalín” y aunque sabía que en esos días se iba a realizar la segunda vuelta electoral aseguró que “estoy en gira por varios países y era venir ahora o dejarlo para enero”. Se decidieron por hacerlo en noviembre aunque “nos caiga palos” porque “no le voy a cambiar la mentalidad a ningún uruguayo. Cada quien vota lo que quiere. Quien quiera cuestionarse que se cuestione. De lo que se trata es de abrir la cabeza. Va más allá de las elecciones. Va con la intención de empoderar ciudadanos. Es un discurso de principios universales”.

PRIMERO FUE LOCUTORA
Gloria Álvarez desde pequeña vivió la realidad política desde una óptica liberal, aun cuando pudo contrastarla con otros conceptos políticos. Su padre y su abuelo abandonaron Cuba, pero en la isla quedó una tía, miliciana castrista. Su abuelo materno, en tanto, abandonó su Hungría natal por la entonces Unión Soviética. “Siempre estuvo en mi vida el tema, a la hora de las comidas”. Primero “quise ser abogada, pero me di cuenta que memorizar leyes y cuestiones legales no era lo mío. Yo quería estar al lado de la gente. Cuando descubrí la carrera de ciencias políticas, en una feria universitaria, me dediqué a esa carrera”. Uno de sus primeros empleos fue como locutora de la radio Los Cuarenta Principales (Guatemala). “Ahí aprendí a hablar en público, un poco de oratoria”. Tras finalizar su carrera se trasladó fuera de Guatemala para especializarse en desarrollo internacional.
“Cuando regresé venía un poco desencantada de trabajar en el rollo de las agencias internacionales, porque miraba mucha corrupción y poca eficiencia. Estudié casos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo de proyectos en cuestiones latinas con muchísimos asesores y tan grandes que al final no lograban nada”.
De regreso a Guatemala volvió a ser contratada como locutora, entonces para la radio 94.9. Pero le pidieron que hiciera comentarios políticos. “Me llamó la atención porque yo tengo mis ideas políticas muy claritas. Y no eran las que la gente iba a querer escuchar en un país muy cerrado y conservador como Guatemala”.
Pero aceptó el desafío. “Empecé a usar las herramientas de desarrollo que había aprendido. Empecé a tratar temas como ecología, filosofía, política. La audiencia comenzó a dispararse, hubo mucha receptividad. Me volví un referente y empecé también en las redes sociales”.

REPÚBLICA Y POPULISMO
Gloria Álvarez repitió su posición en torno a la República. Dijo que “es el sistema político que sostiene que el gobierno debe regirse por el imperio de las leyes, por el equilibrio de poderes entre el Ejecutivo, Legislativo y Judicial manteniendo la institucionalidad para poder garantizar a todo individuo sus tres derechos inalienables: vida, libertad y propiedad. En una república el gobierno es un árbitro que interviene cuando los individuos violan alguno de estos derechos de sus conciudadanos. En la república se gobierna a través del debate de ideas, la argumentación, el uso de la lógica y de la razón son primordiales en la toma de decisiones. Y la democracia es el medio de comunicación a través del cual gobernantes y gobernados llegan a acuerdos. Su contraparte es el populismo cuya visión del gobierno es más que la de un árbitro. Para el populismo los derechos individuales no merecen ser respetados, pero sí los derechos colectivos. No tiene respeto por el uso de la razón ni de la lógica a la hora de tomar decisiones y la institucionalidad pasa a segundo plano ante la voluntad arbitraria del dictador de turno”. En contraposición, en la politóloga guatemalteca dijo que “el populismo considera que la economía es un pastel fijo que nunca crece. Con el pretexto de ser repartido entre los más necesitados, se fomenta la corrupción, la violación de las leyes y de la independencia de las instituciones”.
“Todos aquellos que han utilizado las vías democráticas para, una vez postergados en el poder, desmantelar las instituciones, primero eliminando la oposición en el órgano legislativo, luego comprando jueces en el organismo judicial y así garantizándose una dictadura del Ejecutivo donde se pasan todas las leyes necesarias para desbaratar el equilibrio de poder y se garantiza que el sistema de justicia no haga nada al respecto. Paso seguido, se eliminan la libertad de prensa, se coarta la libertad de expresión, se expropia la propiedad y el fruto del trabajo de los ciudadanos, se prohíbe tener divisas, y se controla todo lo que entra, sale y se produce en el país de acuerdo al antojo del gobierno de turno. Por último, se reescriben las constituciones para garantizar la permanencia en el poder de este nuevo status quo populista”.