Paysandú, Viernes 12 de Diciembre de 2014
Rurales | 07 Dic El doctor José María Tarjuelo, catedrático del área de ingeniería agroforestal en la E.T.S.I. Agrónomos y de Montes de Albacete, director del Centro Regional de Estudios del Agua (CREA) de la Universidad de Castilla-La Mancha, España, manifestó en el marco del Tercer Seminario Internacional de Riego en Cultivos y Pasturas que se realiza en Paysandú, que “se deben conocer las estrategias fundamentales de cómo reparte el agua un pívot”. Reconociendo que conoce poco de Uruguay, “en donde he estado solo cuatro veces”, el profesional sostuvo a EL TELEGRAFO que “es muy distinto lo que tenemos en España, en cuanto al tipo de suelos y cultivos, pero las máquinas de riego son iguales. Lo que hay que hacer es adaptar la realidad de la máquina a las condicionantes que tenemos de clima”. Para Tarjuelo, quien lleva más de treinta años dedicados a la docencia e investigación en la problemática general del uso del agua y la energía en el regadío, “el suelo en Uruguay es bastante menos permeable que en la región de Castilla-La Mancha, por lo tanto, se debe elegir emisores que tengan mayor anchura al mojado para que la pluviometría, el ritmo de aplicación de agua, sea más lenta”. “Esto nos obligará a mover la máquina un poco más rápido a lo mejor, para no tener correntía. Uno de los problemas en el que hay que tener más cuidado es en que no se produzca correntía al aplicar el agua del riego”, enfatizó. Correntía significa que el agua que descarga no es capaz de infiltrarse en el punto donde cae y se desplaza (como cuando el agua se escurre al llover). Acotó que como el pívot genera una lluvia artificial, “lo que se hace es regular la lluvia para que no escurra, si no hacemos un mal riego. La velocidad de la máquina condiciona la dosis de riego, por lo tanto hay que usarlo al ritmo que el suelo es capaz de absorber”.Agregó que la pendiente es otro factor, al igual que la cobertura, que se debe identificar. Tomando en cuenta el “tipo de emisor, la mínima presión de trabajo, con un tamaño de gota medio para que el viento no la arrastre y no se evapore antes de caer”. Manifestó que “regar de noche es una muy buena medida, porque la energía suele ser más barata”, aclarando que en España “la energía es mucho más cara que aquí y ese es un tema clave. Además, tenemos menos pérdida por evaporación, lo cual es bueno para el riego por aspersión y, normalmente, tenemos menos viento”. Sostuvo que la estrategia comprende “un mínimo de automatización, pero adaptado a las necesidades, porque hay muchísimas tecnologías, como por ejemplo el seguimiento con satélite si queremos un pívot con telecontrol, con radio, ordenador o móvil. Lo que hace falta es que aplique el agua correctamente, que caiga en el suelo y se infiltre y si hay diferencia de suelos, manejarlo para que el suelo menos favorable no presente problemas”.
TAMAÑO
Tarjuelo indicó que el tamaño del pívot “tiene mucha importancia”, pero destacó que “lo que se debe buscar es el costo mínimo, porque son costos de inversión y costos de energía”.
“El costo de inversión disminuye al aumentar el tamaño de la máquina, en tanto el costo de energía aumenta mucho al incrementar el tamaño de la máquina, pero la pluviometría, ese factor que limitaba la infiltración del suelo, también aumenta mucho con el tamaño de la máquina”, manifestó el profesional español. “Entonces, hay que buscar el tamaño de la máquina de mínimo costo total (inversión más energía)”, dijo. De todas maneras, expresó que “no es solo inversión, porque es un error fácil”. Ejemplificó que “si le voy a vender a usted un pívot y le ofrezco uno de 50 hectáreas, le va a salir más caro por hectárea que uno de 200 hectáreas, pero seguramente con uno de 200 ha tendrá bastantes problemas para gestionar la máquina, para que no tenga problemas con las correntías, además de gastar mucha energía”.
ESTUDIO PROFUNDO
Dirigiéndose a los técnicos, sostiene que es muy importante hacer un estudio en profundidad de la realidad en Uruguay, “haciendo las cuentas de lo que sale un pívot, incluyendo al costo total el agua y la energía. El incremento de producción que se puede conseguir con la media en años secos y años lluviosos, y de ahí ver cuánta agua se debe aplicar, buscando que en el momento crítico y más sensible del cultivo no me falte agua, porque incrementa mucho la producción”. También se debe tener en cuenta el precio de venta “porque ahora todos dicen que el precio de la soja ha bajado mucho. Interesa, pero hay que hacer la media de varios años porque la inversión de un pívot no es para un año o dos. En Albacete, cada 12 o 14 años le cambiamos la tubería de arriba y la carta de emisores cada 8 años”. Acotó que “estamos cambiando el 50% de una máquina, porque las ruedas y la estructura duran mucho, pero lo que hay que hacer es una conservación”.
El profesional sostiene que la cuenta es muy importante. “Qué ganamos de incremento en producción al regar y cuánto nos cuesta. Alemania y Francia tienen climas en donde al pívot le dan el ritmo complementario”, dijo.
PROCESO
En 1980, España tenía el 80% de la superficie regada (3.500.000 hectáreas) con riego por superficie, fundamentalmente surcos y riego a manta. “Hoy tenemos solo un 30% de riego por superficie, más de un 50% de riego por goteo y un 25% aproximadamente de riego por aspersión, de los cuales casi el 50% son pivotes, porque para grandes extensiones el pívot es la mejor máquina”. Aclaró que “España no tendría ningún potencial productivo agrícola si no tuviera regadío. Porque las 3.500.000 hectáreas comprende más o menos el 16% de la superficie agrícola y produce más del 40% que la producción agraria”. Citó como ejemplo lo que sucede con los viñedos. “Esta producción está cultivándose con 300 a 350 milímetros y le añadimos 100 milímetros más. Estos duplican o triplican la producción, porque se hace en el momento adecuado, porque tenemos sol y un poco más de agua, que sumado al fertilizante es genial”.
INVESTIGACIÓN
Las líneas de investigación del profesional español se centran en la aplicación de la ingeniería y la agronomía, para ayudar al uso eficiente del agua y la energía en el regadío, que inciden sobre la mejora del diseño y funcionamiento de los sistemas de riego (principalmente por aspersión y goteo), desarrollando modelos de ayuda a la toma de decisiones para la gestión de explotaciones agrícolas como una actividad sostenible, fomentando los servicios de asesoramiento al agricultor y ayudando a hacer de la agricultura de regadío una actividad sostenible.
Explicó que fundamentalmente es una investigación aplicada, desarrollada en estrecha colaboración con los agentes socioeconómicos (agricultores, fabricantes de material de riego y otras empresas del sector), integrada en un proceso continuo de transferencia de resultados a los técnicos y usuarios a través de publicaciones científicas, cursos, conferencias y congresos a nivel internacional, promoviendo, además, la participación de las empresas en los proyectos de investigación. Autor de libros y monografías especializadas, generalmente en colaboración con otros autores, Tarjuelo tiene más de cien trabajos científicos publicados y más de diez tesis doctorales bajo su dirección. Ha impartido numerosos cursos y conferencias de carácter nacional e internacional.
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