Paysandú, Domingo 14 de Diciembre de 2014
Opinion | 13 Dic Siempre es pertinente, sobre todo ya en el período de transición propio de la salida de un gobierno y el ingreso de otro, aunque sean del mismo partido, que se haga una evaluación de cómo se deja el país, los proyectos concretados, los que están en marcha y aquellos a resolver. En esta oportunidad el balance acaba de ser trazado por el ministro de Economía Mario Bergara en reciente foro desarrollado en la sede de ACDE, en Montevideo.
Bergara hizo hincapié en que la próxima administración de gobierno encontrará “una economía en crecimiento” con menos vulnerabilidad fiscal y financiera, una sociedad “más igualitaria” y “más inclusiva con los mejores indicadores sociales de los últimos 30 años”. Igualmente, reconoció que todavía “hay cosas que están a mitad de camino” y que son “desafíos”. Entre ellos mencionó algunos vinculados a obras de infraestructura, la educación y el capital humano, que consideró no deben ser “cuellos de botella para seguir creciendo”.
Evaluó el jerarca que “no todas son rosas. Creo que una reforma inconclusa y que es imprescindible para el corto plazo es la reforma del sector ferroviario y la nueva organización del sector. Hay una estrategia para implementar, pero no se ha podido avanzar al ritmo deseado”, reconoció.
Asimismo consideró razonable que los uruguayos esperen mejores resultados del sistema educativo teniendo en cuenta el incremento presupuestal de los últimos 10 años, pero dijo que eso implica cambios en las formas de organizar la educación y los procesos de aprendizaje. A su juicio “el presupuesto antes de 2005 era paupérrimo y se pasó a tener uno decoroso. Hubo avances y los resultados llegarán en el largo plazo. Solo poner plata no asegura resultados”, pero “creemos que era un pre-requisito para tener realmente la oportunidad de tener mejores resultados”, puntualizó.
De ahora en adelante, “hay ciertos consensos en materia educativa, que ojalá puedan ir implementándose”, añadió.
Estos elementos expuestos por el titular de Economía son valederos y en el caso de la infraestructura ferroviaria el reconocimiento de que no se ha avanzado es un fiel reflejo de una realidad, porque cuando asumió el presidente José Mujica había anunciado que en unos seis meses tendríamos trenes con carga circulando a 60 kilómetros por hora, y han pasado cinco años y hay lugares “cantados” para el transporte ferroviario --como las áreas forestadas-- en las que sin embargo no circula siquiera un tren por falta de vías adecuadas, pero asimismo por no contar con parque de tracción, vagones y otros elementos de infraestructura. El punto es que en teoría hay una empresa estatal al servicio del país, creada y potenciada para cumplir con el objetivo de transportar cargas, y hoy está transportando menos tonelaje que durante la crisis de 2002, y el gobierno no se ha animado a seguir adelante con una reestructura más o menos diseñada, para no chocar con el sindicato de los funcionarios del ente del riel.
Del sistema educativo, no hay mucho para agregar a esta altura respecto a lo que todo el mundo sabe y sufre en alguna medida, que tiene que ver con la pérdida de valores, de calidad, de inserción, pero sobre todo de adaptación a las necesidades del mundo laboral y de la formación profesional, entre otros aspectos, por lo menos en lo que refiere al promedio de la población estudiantil. Como bien señalara el ministro, se ha centrado todo en aumentar los recursos sin a la vez exigir alguna contrapartida de resultados, por lo que siguen pendientes las reformas estructurales en esta área, más allá de la retórica y diagnósticos a medias.
El secretario de Estado también se manifestó a favor de que haya “retoques” en la reforma de la salud (poniendo más énfasis en la calidad de atención) y en temas tributarios, en tanto que al ser consultado sobre las inversiones realizadas por las empresas públicas en el último quinquenio y cómo deberían ser esos planes en los próximos años, el jerarca puntualizó que tanto en el sector energético como en el de telecomunicaciones hubo un “shock” de inversiones que aprovechó elementos del contexto internacional como bajas tasas de interés y “molinos baratitos por España”.
Por otro lado, destacó los cambios introducidos con la reforma tributaria y la reforma de las relaciones laborales, que según Bergara llevaron a un “equilibrio” en las relaciones entre empresarios y trabajadores “con mejoras en los ingresos”, en tanto relativizó la importancia del actual déficit fiscal del orden del tres por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).
Naturalmente, estos aspectos positivos y negativos mencionados por el conductor de la Economía, al presentar un panorama que es parte del legado para la Administración Vázquez, se han desarrollado y sido efecto-causa de un escenario internacional muy favorable para la región, con elevada cotización de las materias primas que producimos y bajo costo del dinero en el concierto financiero internacional, así como mercados demandantes de nuestros productos, que conforma parte de una realidad que está mutando hacia una situación más compleja.
Y por cierto todo indica --ojalá que no suceda-- que va a haber menos recursos disponibles con muchas demandas a satisfacer, con temas muy importantes pendientes, por lo que debemos hacernos a la idea de que se deben aterrizar los proyectos, atender los problemas estructurales con una visión realista y --en todos los casos-- ajustarse a un uso criterioso de los recursos ante los altos costos fijos que se han instaurado por la incorporación de miles de funcionarios públicos y gastos sin retorno, porque es más importante gastar bien, cuidando la calidad del gasto, que aumentar presupuestos en forma desmedida sin buscar el mejor destino y retorno posible de los dineros públicos.
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