Paysandú, Lunes 15 de Diciembre de 2014
Rurales | 11 Dic “El riego deficitario es una estrategia que para su aplicación en la práctica debería integrarse y complementarse con unas adecuadas tecnologías de cultivo, que pudiesen proporcionar todas las ventajas que potencialmente presenta el Riego Deficitario Controlado”, dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Joan Girona, responsable del Programa Uso Eficiente del Agua, Lleida, España.
Explicó que “posiblemente se trate de una tecnología de cultivo en sí misma, y en este sentido es una herramienta más que debemos tener en cuenta en nuestras explotaciones”.
Perteneciente a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Lleida (Universidad Politécnica de Catalunya), Girona jerarquizó el reciente Tercer Seminario Internacional de Riego en Cultivos y Pasturas realizado en Paysandú. En su vasto currículum, se destacan más de 300 conferencias y más de 150 cursos de formación; evaluador científico de proyectos de investigación para agencias españolas, europeas e internacionales; revisor de artículos para diferentes revistas científicas de ámbito internacional; director de ocho tesis doctorales; autor de más de 60 artículos científicos publicados en revistas especializadas de ámbito internacional y autor de más de diez capítulos de libros.
Para el profesional español, “es evidente que el manejo del riego puede ayudarnos a manipular la partición de reservas de tal forma que podamos favorecer aquellas partes de la planta que nos interese cosechar, no obstante la aplicación de estas estrategias de riego debe estar siempre bajo la observación y control de los responsables de su puesta en práctica”.
Entiende que “es importante controlar la intensidad y duración del déficit hídrico que apliquemos, ya que la respuesta de la planta está condicionada a estos parámetros. Existe en la bibliografía numerosa información sobre la respuesta de los cultivos a diferentes niveles de intensidad, duración y momento en que se aplique el déficit”.
RACIONALIZAR
La necesidad de racionalizar el uso del agua en agricultura y la búsqueda de sistemas más eficientes de gestión agronómica de los cultivos “han sido elementos básicos en el desarrollo de lo que denominamos Riego Deficitario Controlado (RDC)”.
“El cambio de paradigma que supusieron los trabajos en los que se concluía que con menos riego se podía obtener más producción de melocotones y peras, fue determinante en el impulso del estudio y posterior aplicación del RDC, porque adicionalmente, estos trabajos presentaban otras ventajas en el uso de esta estrategia de riego como son la reducción del crecimiento vegetativo y el control del vigor en los cultivos leñosos”, dijo Girona.
El elemento más novedoso del RDC “es que parecía romper con la idea preestablecida de que la máxima producción (cosecha) se obtiene con la utilización, por parte de la planta, del máximo volumen de agua que ésta sea capaz de transpirar. Visión muy fundamentada hace unos años y en muchos casos, aún vigente en la actualidad”.
El RDC se basa en gestionar los niveles de déficit hídrico “al que sometemos al cultivo a lo largo de su ciclo productivo, atendiendo a la sensibilidad de la planta al déficit hídrico (intensidad y duración) en cada una de las fases de su ciclo. Así, en melocotón de media estación, que se cosecharía en agosto en el hemisferio norte o en febrero en el hemisferio sur, se ha sugerido que una buena estrategia de RDC consiste en aplicar un déficit hídrico moderado al melocotonero durante la Fase II de crecimiento del fruto”.
“Por consiguiente, la diferencia básica entre RDC y riego sin limitación de disponibilidad de agua por parte de la planta –denominado Riego Total-- es precisamente que con el RDC se propone que la planta esté sujeta a limitaciones de agua en un período determinado y controlado de su ciclo”, explicó el técnico español.
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