Paysandú, Martes 23 de Diciembre de 2014
Deportes | 22 Dic Las cosas se complicaron en Peñarol. El Consejo Directivo daba por hecho que Diego Aguirre sería el nuevo entrenador del primer equipo a partir del martes, y mientras tanto se seguiría buscando a quien podría ocupar el cargo de director deportivo.
Claro que antes de las elecciones el presidente carbonero, Juan Pedro Damiani, había jugado su carta en la manga para aquel que estuviera indeciso a la hora de enfrentarse al a urna: Diego Aguirre sería no solo el técnico sino también el director deportivo. Es decir: “La Fiera” sería el que baraja, corta y da a nivel deportivo en el club.
Damiani ganó las elecciones y los hinchas se frotaban las manos con el retorno del técnico, pero no se tuvo demasiado en cuenta que el presidente no tenía, esta vez, la mayoría en el Consejo Directivo del club. En la primera reunión de la nueva directiva quedó en claro qué postura tomaría Peñarol: Aguirre seduce como técnico, pero sin más poderes que ese. Es decir: sí al cargo de entrenador, no al de director deportivo.
A partir de ese momento se comenzó a enredar la madeja. Es más: cuando algunos dirigentes designados a tales efectos fueron a reunirse con Aguirre por primera vez, se encontraron con que el técnico estaba en Brasil. Y cuando finalmente pudieron verse las caras, parecía que el técnico aceptaba cambiar lo que se había hablado en primer momento, es decir que solo sería el técnico de Peñarol, aunque sugirió nombres para el cargo de director deportivo.
El número 1 planteado por Aguirre para ese puesto fue Juan Verzeri, pero éste se bajó porque quiere dirigir. Y aunque se barajaron otros nombres, la prioridad era definir mañana al técnico y dialogar con respecto al cargo de director deportivo que estaría por encima incluso del entrenador, ya que es una figura que se creará dentro de la política deportiva de la institución.
Pero ayer todo cambió: Aguirre se bajó de la posibilidad de ser el entrenador de Peñarol y, por el contrario, todo parece indicar que será el nuevo técnico del Inter de Porto Alegre, con cuyos dirigentes estuvo dialogando desde hace algunas semanas y hace pocos días había respondido negativamente porque los carboneros lo necesitaban.
¿Qué cambió? Lo que era de esperar. “Pasaron muchas cosas, supe que no tenía unanimidad para regresar y fui perdiendo la alegría y el entusiasmo. Por eso me bajé como candidato. Se empezó a desvanecer todo lo que yo había hablado con Juan Pedro antes de las elecciones”, dijo Aguirre, quien anoche recibió en su domicilio al presidente carbonero para anunciarle la decisión, y comunicarle además que está todo prácticamente finiquitado con el Inter.
Ni lerdo ni perezoso, Damiani comenzó a trazar un Plan B de manera urgente. Y si bien ya se había manejado con anterioridad el nombre de Pablo Bengoechea, máxime que en las últimas horas fue cesado como entrenador de la selección de Perú, Damiani se comunicó con otro que estaba en carpeta: Guillermo Almada, actual entrenador de River Plate, quien se perfila para llegar al primer equipo aurinegro.
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