Opinion | 19 Dic Reveló una reciente encuesta realizada por la empresa de opinión pública Equipos Mori que el 65% de los jóvenes uruguayos prefiere tener una actividad propia a ser empleado en una relación de dependencia.
Es una buena noticia en un país en el que el deporte nacional es aspirar a un cargo en la administración pública y en el que el trayecto por la educación está orientado a la formación y el perfeccionamiento de recursos humanos, a la mano de obra, más que a la generación de emprendedores que busquen nuevos negocios en los que desarrollarse.
A lo largo de la historia han habido grandes emprendedores que ubicaron a Paysandú en el sitial que supo ocupar y que aún mantiene, por ejemplo con varias empresas locales entre los mayores exportadores del país.
También hay ejemplos de sanduceros que se han formado en el tránsito inicial educativo en nuestra ciudad y que hoy se destacan en el contexto internacional, como el caso de Marcelo Lanfranconi, quien ha sido premiado por una publicación dependiente del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), creador de una empresa que gestiona el pago de facturas y fomenta la inclusión en el sistema financiero, según se destacó en la fundamentación del reconocimiento como innovador joven.
El informe de la encuestadora indica que más de la mitad (51%) de los jóvenes que no son independientes consideran probable comenzar un emprendimiento propio en los próximos cinco años, mientras un 30% lo considera poco probable.
Ahí entran a tallar otros factores: uno de ellos es el relativo a las posibilidades de formarse y otro es encontrar el contexto en el que se puede desarrollar un emprendimiento, las herramientas que tenga disponibles quien desee embarcarse por el camino de la independencia.
En Paysandú hay una vasta oferta formativa, aunque siempre es deseable que existan nuevas opciones. Respecto al contexto, hay buenas señales recientes. En este sentido cabe destacar lo que está ocurriendo en la órbita de la Agencia de Desarrollo, que ha instalado un Centro de Emprendedores y Empresas, que presentó recientemente un programa de Capacitación Empresarial que se desarrollará a lo largo del año que viene, y está en pleno desarrollo de una incubadora de empresas con espacios y asesoramiento disponible para acompañar nuevos emprendimientos.
Otra señal es la reciente apertura de una oficina de República Microfinanzas, una iniciativa del BROU destinada a promover la inclusión financiera con productos enfocados específicamente a la microempresa, así como a familias de bajos ingresos.
Pese a todo esto aún persisten factores culturales, como el castigo excesivo a la no obtención de algunas metas convencionales o al apartarse de los modelos tradicionales de éxito.