Paysandú, Martes 30 de Diciembre de 2014
Opinion | 28 Dic El ministro de Economía, Mario Bergara, dijo en una entrevista que cuesta bajar la inflación en Uruguay porque la economía “sigue creciendo a buen ritmo, el nivel de consumo externo y doméstico sigue siendo fuerte y las condiciones de oferta marcan restricciones”, por tanto la demanda de algunos rubros presiona la oferta y así, aumentan los precios.
El Banco Mundial (BM), señaló que durante 2014 se enlentecería el ritmo de crecimiento en torno al 3% y que “a pesar de los significativos avances en la reducción de su deuda, la misma continúa en niveles relativamente altos. Y si bien Uruguay ha mostrado avances en diversificación comercial, sus socios regionales, principalmente Brasil, concentran una porción importante de las exportaciones (20%), lo cual constituye un factor de vulnerabilidad. Otro factor a tomar en cuenta son las presiones inflacionarias derivadas de la fuerte demanda interna y el aumento de los precios de las materias primas, que el gobierno está buscando combatir mediante diferentes instrumentos”.
Más o menos lo mismo reportó el Banco Central del Uruguay, que reconoció un crecimiento de la demanda interna a tasas superiores al Producto Bruto Interno, liderado por el consumo privado que muestra un incremento sostenido, bajo el estímulo del crédito y el aumento del ingreso real. Es decir, las argumentaciones que el oficialismo pone por delante para demostrar un buen desempeño económico, en los números fríos se vuelven un hueso duro de roer.
Desde febrero pasado la inflación fluctuó entre un pico de 9,82% a 8,05% anual porque el gobierno intervino quitándole el IVA al cargo fijo de UTE y Antel, suspendió el aumento de la cuota mutual, bajó la tarifa de UTE, exoneró de IVA a la importación de frutas y verduras, rebajó el pecio del 5 de Oro, entre otras medidas. Y si, por otro lado, la capacidad productiva no puede crecer al mismo tiempo que la demanda de bienes, entonces también se crea una presión inflacionaria.
De resultar válido el argumento del crecimiento económico constante para explicar lo que cuesta bajar la inflación, entonces observemos a Chile que presenta una inflación de 5,7% en noviembre, con un crecimiento que se recuperará en 2015 al entorno del 4% a pesar de una reducción del crecimiento en 2014 a alrededor de 2% (menor que Uruguay).
En Europa, y enmarcada en otro contexto, Alemania presenta una inflación de 0,58% en noviembre. Para 2015 vaticinó un crecimiento lento en el entorno de 1% y para 2016 de 1,8 a 1,6%. Según los números del Banco Mundial, los datos presentan una relativa elocuencia.
Más allá de los vaticinios y cálculos específicos, los hechos demuestran que la oferta no ha aumentado ante un incremento de la demanda y que la deuda pública se mantiene en niveles altos, tal como lo reportó el último Informe de Coyuntura del Instituto Cuesta Duarte, del Pit Cnt.
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