Paysandú, Miércoles 31 de Diciembre de 2014
Locales | 29 Dic Un buggy, también denominado “arenero”, se ofrecía a la vista estacionado junto a la acera. Obviamente que este tipo de simpáticos vehículos, muy del gusto de los jóvenes y de algunos que no lo son tanto, por sus propias características, siempre captan la atención de conocedores y no tanto.
Pintado de azul con algunos detalles en blanco, con la capota extendida por sobre la barra antivuelco, dos grandes faros adosados a los lados del frontal, y dos más por debajo, doble barra de paragolpes y defensa, guardabarros amplios, muy abiertos, un perfil bien logrado dentro de la clásica línea de los buggy. Permite la ubicación de cuatro personas, dos en las butacas delanteras y dos en un asiento trasero.
Obviamente que el rodado es grande, ancho, tal cual corresponde a este tipo de vehículos, “eso lo deja un poco dificultoso para manejar y estoy viendo la posibilidad de colocarle una dirección hidráulica”, dijo su propietario, Roberto Meyer.
La carrocería está construida en fibra de vidrio, cosa común en los buggy, el volante es de tipo deportivo. Meyer lo adquirió hace un par de años. El chasis, la mecánica en general y el motor de 1.600 cc es Volkswagen de cuatro cilindros, y la alimentación es con un carburador.
DEFINIENDO UN BUGGY
Según los entendidos, un buggy es un vehículo diseñado para andar en la arena. Suele tener un chasis ligero, una carrocería sin techo rígido, y ruedas grandes. Los primeros buggy fueron construidos sobre la base del Volkswagen “escarabajo”. El modelo es apodado bug, que significa “bicho” en inglés; buggy es el diminutivo del bug.
Hoy día existen tanto basados en modelos de producción, como totalmente artesanales. Los buggy están pensados principalmente para personas que disfrutan con la conducción y/o el diseño de este tipo de vehículos. Como consecuencia de sus grandes ruedas, suelen ser utilizados en las zonas costeras y desiertos, donde se puede circular libremente y saltar entra las dunas. También pueden ser empleados para trabajar en el campo cuando se les proporciona una suspensión reforzada. Lo cierto es que este buggy tiene lo suyo, y ande o no en la arena, es cosa divertida para tripular, por más que resulte “pesadito” en la dirección, como expresó su dueño. Meyer le ha introducido algunas mejoras, como un nailon con cierre velcro para cubrirlo de acuerdo a las circunstancias.
Sí, estos buggy tienen su encanto especial.
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