Policiales | 26 Dic Una pequeña de dos años perdió la vida tras quedar atrapada en un caño bajo las aguas del arroyo San Francisco --en el balneario de alternativa “Paso de las Piedras”-- y sufrir un paro cardiorrespiratorio. El trágico hecho sucedió pasadas las 18 de la víspera, ocasión en que unas 2.500 personas disfrutaban del lugar, aunque luego del triste episodio muchos optaron por retirarse.
De acuerdo a información extraoficial recabada por EL TELEGRAFO, Milagros Fernanda Romero Alanis se encontraba jugando en el agua con su padre, de 30 años, en el lado Noroeste de la calzada existente en el balneario. En cierto momento, la pequeña zafó de los brazos de su progenitor y fue arrastrada por la corriente hacia un remolino de agua a apenas unos centímetros de distancia de la orilla. En segundos, la niña desapareció bajo el agua, ante lo cual su progenitor y al menos otros cinco hombres y adolescentes que estaban en las cercanías comenzaron a buscarla. Mientras se daba aviso a la Policía de lo ocurrido, los circunstanciales rescatistas se zambullían para encontrarla. Tras unos 20 minutos de intensa búsqueda, uno se percató de que la menor estaba atrapada entre unas ramas, con la mitad del cuerpo atorado en un caño de aproximadamente tres metros de largo que se encuentra a una profundidad considerable.
Lograron entonces sacar del agua a la pequeña Milagros, la cual presentaba signos vitales pero estaba en aparente estado de shock. Rápidamente, personal de la Seccional Quinta trasladó a la niña al servicio de urgencias del Hospital Escuela del Litoral, donde ingresó con vida, pero lamentablemente a los pocos minutos falleció, debido a un paro cardiorrespiratorio y obstrucción del ciclo pulmonar completo, según el parte médico. Puesto en conocimiento del hecho, el juez de Feria Mayor, doctor Bernardo Bueno, dispuso reconocimiento por el forense y posterior entrega del cuerpo a sus familiares, así como el relevamiento de Policía Científica para recabar pruebas fotográficas.

VARIAS VERSIONES DE LA TRAGEDIA
Presente en el lugar del hecho instantes después del traslado de la pequeña al Hospital, EL TELEGRAFO dialogó con varios testigos, quienes no pudieron menos que manifestar su indignación respecto a lo ocurrido.
Algunos mencionaron que la zona donde ocurrió la desgracia “está abandonada” y que si hay un remolino y caño que implique peligro “debería ser retirado”, o bien “marcado de alguna manera para que todos sepan que allí puede pasar algo grave, porque quienes estamos hoy acá vimos y ahora sabemos dónde no se pueden bañar, pero se podría prevenir con algún cartel o cierre con cintas”, dijeron.
Otra señora, que cargaba una niña de la misma edad que la fallecida, solicitó que se cuente con al menos un guardavidas “que esté atento y además marque dónde se pueden bañar y dónde no”.
Algunos de los presentes dieron versiones del hecho que indican que mientras la pequeña era buscada, su padre debió ser retirado del lugar porque obstaculizaba la tarea. “Gritaba que era su culpa y que no la tocaran, y después se fue para el lado de las mesas” en estado de desesperación. Por su parte, uno de los osados rescatistas manifestó que “era imposible sacarla, porque el caño la chupaba hacia adentro.
Yo me metí varias veces pero era muy profundo y como también había ramas me hice algunos rasguños en el desespero de querer ayudar”. Y mientras cada uno expresaba su tristeza, ira o preocupación, en medio de la impotencia del momento, se informó del deceso de la pequeña.