Creen que fue intencional

Locales | 07 Ene El caso de la botella de refresco que contenía hipoclorito de sodio y que fue parcialmente consumida por la joven R.R. fue objeto de una denuncia policial.
Como tal, pasó al juez penal de turno y éste dio orden de incautación por la Dirección de Higiene de la Intendencia de las botellas de ese lote para ser analizadas, según reconoció a EL TELEGRAFO el director de esa repartición municipal, doctor Jorge Ziminov.
El jerarca detalló el procedimiento realizado, retirando las botellas del agua saborizada del comercio donde fue comprada por orden del juez, y “los análisis se están realizando de la muestra que sacamos, y la botella quedó para ir al Instituto Médico Forense (en Montevideo) enviada por la Policía”. El mecanismo “fue muy rápido porque el juez nos mandó incautar esas botellas del lote --que fue cuando nos enteramos del caso-- en el comercio que se vendió, con el número de lote correspondiente”. El feriado de ayer demoró los análisis, que culminarán hoy “y se informará al juez”.

INVESTIGAN EN ARGENTINA
La empresa se enteró por la Policía, y en la mañana del sábado se fue a ver el lote, y la empresa ya estaba en conocimiento”. Dijo que “es un producto elaborado en la Argentina, la empresa lo importa y según lo que manifestó el responsable de la distribuidora local, ya saben el día, la hora y el personal que actuó en ese momento y desencadenaron el mecanismo de investigación en la empresa en Argentina”.
Dijo que “nosotros estamos haciendo análisis de las muestras, y del mismo lote incautamos tres botellas”.
Sobre si se buscó en otros comercios que venden el producto, Ziminov dijo que “nosotros fuimos al otro día a la distribuidora, que es la que tiene que sacar de circulación ese lote porque la empresa tiene el mecanismo más rápido por su sistema de distribución, pero veo que de ese lote debe quedar poco”.
Dijo que hoy se reunirán nuevamente con representantes de la empresa.
Explicó que “estos envases son estériles, no es que se laven y se llenen, son totalmente vírgenes. Es diferente un envase retornable, en el que se puede tener la sospecha que puede haber quedado algún producto de desinfección adentro, pero en este caso no. Es muy factible que la mano del hombre se haya metido entre el envasado y el tapado, que haya habido algún acto humano de mala fe colocando una botella con este tipo de producto. Creo que es un caso único por un error humano, alguna mano que se metió para hacer una broma muy pesada porque en el circuito de envasado no entra absolutamente nada”.