Paysandú, Miércoles 14 de Enero de 2015
Deportes | 09 Ene Calentamiento, estiramiento y trabajo táctico pensando en el clásico de mañana. La selección mayor de Paysandú comenzó ayer a cerrar definitivamente la preparación de cara a su debut en la Copa Nacional de Selecciones, que se producirá mañana a las 22 en el Estadio Dickinson, donde afrontará nada menos que el clásico ante Salto, en búsqueda de comenzar con el pie derecho esta nueva incursión copera.
El plantel tuvo algunas ausencias en la víspera por motivos laborales, como por ejemplo la de Ignacio y Guillermo Pérez que se movilizaron en la mañana, por lo que el entrenador Antonio Cáceres no pudo parar al equipo titular para realizar la tarea táctica, aunque como contrapartida se reintegró Bruno Sampayo a los entrenamientos.
Hoy será tiempo de trabajar en los últimos retoques, es decir en pelota quieta tanto a favor como en contra, y algún otro movimiento que el técnico pretende afinar, ya con el equipo titular que saldrá a enfrentar mañana a Salto, esperándose poder utilizar el Estadio Artigas.
“Vamos a llegar bien, se ha trabajado en buena forma aunque con cositas que te sacan de lo que tenemos en la cabeza, pero tenemos que enfocarnos en el partido.
La expectativa es linda tanto para el jugador como para nosotros, porque esto es lo más lindo que tiene el fútbol. El clásico es lo más grande para el futbolista del Interior”, dijo Cáceres tras la práctica de la víspera.
Esas cositas a las que hizo mención al pasar el técnico, son algunas de las que se mencionaron en la edición de la víspera, y que ayer provocaron una serie de discusiones con Carlos Velázquez, uno de los neutrales, que llegó a la práctica en el Rivabén para anunciar que si viajaba todo el plantel a Salto, no se les daría la comida a los jugadores.
Insólito o no, a 48 horas del clásico ante los salteños el plantel y el cuerpo técnico tuvieron que afrontar un problema ajeno: la falta de dinero que tiene la Liga, en virtud de que los sponsor que se han conseguido son pocos. La discusión entre el cuerpo técnico y los jugadores con el dirigente se vivió en un sector de la cancha. La idea de la Liga era que solo viajaran 18 jugadores y que el resto de los pasajes se vendieran a $ 250, pero el plantel quería, por lógica, viajar en todo su conjunto. La respuesta fue clara: no hay plata. Y se explicó que si viajaba todo el plantel, no se daría la comida al término del partido. La otra opción que apareció luego fue que viajara todo el plantel pero solo se le daría de comer a 18, y ya en Paysandú.
El cuerpo técnico no entendía nada. Y los jugadores menos todavía. Velázquez aseguró a los jugadores, según se dijo, que no estaba de acuerdo con la medida pero no podía prometer lo que no podía cumplir, al punto que ya se estaba en deuda con la comida semanal prometida, así como con la ropa de viaje, que hoy por hoy no existe.
¿De qué cifra sideral se habla? De unos $ 3.000. “Como club (Independiente) tengo que ir a pagar a la Liga casi $ 4.000 para inscribirme, y estamos hablando de menos dinero que eso”, hasta retrucó Cáceres.
Lo cierto es que finalmente la discusión se cortó por lo sano: el cuerpo técnico hizo una colecta, de la que hasta participó un periodista presente en el lugar, para poder pagar la merienda que se dará en el ómnibus (sandwiches de jamón y queso y licuado), y los pollos rellenos a la noche en las instalaciones de Ferro, que fue conseguida de manera gratuita por allegados a la selección. Y más tarde, otros colegas apostaron hasta el agua mineral
Así están las cosas a pocas horas del debut clásico de la selección. Mientras los jugadores, los que dan la cara en la cancha y los que muchas veces son hasta insólitamente insultados, intentan abstraerse de situaciones que no les corresponde solucionar.
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