Paysandú, Domingo 18 de Enero de 2015
Locales | 18 Ene El director del Centro Universitario Regional (Cenur) del Litoral Norte, José Vieitez, apuesta a cambiar la percepción social de que las carreras que se imparten en Montevideo son mejores que las que se dictan en el Interior. “Estamos brindando los servicios con la mejor calidad posible”, aseguró al servicio de prensa de UdelaR. Vieitez fue electo, en junio, director del Cenur del Litoral Norte, que comprende los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro. Una de sus propuestas consiste en nuclear algunos Polos de Desarrollo Universitario (PDU) para aumentar el número de estudiantes y fortalecer las carreras que se dictan. Respecto a la gestión, considera que los Cenur deberían tener una participación más activa en el Consejo Directivo Central (CDC) de la UdelaR y una gestión más independiente de las oficinas centrales universitarias.
Vieitez es doctor en Matemática y docente de la Universidad de la República desde 1972. En 2010 dejó su puesto en la Facultad de Ingeniería y se trasladó a Salto, para formar parte del Departamento del Agua, un PDU creado en la Regional Norte. Poco después, en 2012 se formó el PDU de Matemática y Estadística del Litoral, que dirige desde entonces. El día que resultó electo por el Claustro del Cenur para conducir la institución, comentó que su vínculo con la región era “muy antiguo: mi madre fue maestra rural en Young, tal vez esa fue una de las cosas que me llevó a venir para acá”. Vieitez dejó la capital “con el interés de buscar un aporte diferente que le pudiera hacer a la comunidad”, explicó al Portal de la UdelaR: “Quería desarrollar, fuera de la capital del Uruguay, una situación parecida a la que conozco de instituciones grandes que están en Montevideo, en las facultades de Ciencias e Ingeniería”. En esa tarea continúa ahora, mientras comparte su tiempo con la conducción de la institución.
HISTORIA DE MEDIO SIGLO
A medio camino, Vieitez tomó la institución en medio del proceso de desarrollo de los Cenur. Comentó que las sedes de Salto y Paysandú tienen una historia de medio siglo y que a eso se le sumó a partir de 2009 la creación de los PDU, que “han sido un motor importante para favorecer la investigación”. Señaló que los polos han reforzado la actividad que se hacía en las sedes de Salto y Paysandú y que ahora están extendiendo su trabajo a Artigas y Río Negro, departamentos donde la presencia de la UdelaR todavía es incipiente. El proceso de regionalización y descentralización universitaria no solo ha impactado en el desarrollo de nuevas ofertas académicas. “Carreras clásicas, que se han venido desarrollando a lo largo del tiempo, como la Escuela Universitaria de Tecnología Médica en Paysandú, las carreras de Derecho, Veterinaria y Agronomía, que se desarrollan de manera conjunta en ambas sedes, se hacían con base en un docente viajero, un docente que no estaba radicado en la región. Solo más modernamente empezaron a radicarse docentes y dejaron de considerar esto como una especie de liceo adonde el docente venía, daba las clases y se iba”, indicó.
También ha permitido el desarrollo de laboratorios específicos, como el de Química, en Paysandú, y el de Virología Molecular, en Salto. “Las posibilidades de desarrollo han permitido la radicación de grupos de excelencia y de alguna forma están cambiando la manera en que el docente se vincula, lo que influye en la calidad de la enseñanza”.
DOCENTE VIAJERO
Advirtió que hay servicios que todavía tienen una forma de trabajo muy cercana a la del docente viajero y que el objetivo es hacer más llamados a cargos. Opinó que algunas de las nuevas ofertas “son apuestas muy específicas, los PDU normalmente están vinculados a un área de investigación bastante específica y la idea nuestra es tratar de nuclear algunos de ellos”. Observó que, de esa forma, se podrían “desarrollar las capacidades de retener a los estudiantes dentro de la carrera y avanzar hacia carreras más sólidas, que permitan tener núcleos básicos de desarrollo donde uno puede seguir determinados perfiles locales o emigrar para completar su formación en otro lado. Para hacer ingeniería aeronáutica uno puede ir a la Universidad de la Plata, por ejemplo”. Vieitez siente que el desarrollo de propuestas educativas en el Interior del país no es nada fácil. Señaló la existencia de “cierto resquemor” de los servicios universitarios de referencia académica respecto al título que se otorga. Al mismo tiempo, indicó que esa “desconfianza” existe también por parte “de las propias fuerzas sociales de la región. La persona que vive en el Interior ha aprendido a lo largo de cien años que lo mejor está en la capital y que si lo puede hacer en la capital o fuera del país, mejor. Ese tipo de conductas no se cambian de un día para otro. Peleamos contra una situación negativa, tratando de lograr que, de alguna forma, seamos reconocidos en las cosas que se están haciendo. Estamos brindando los servicios con la mejor calidad posible y no tenemos clases tan masificadas”, destacó.
HACIA ADENTRO
El cargo de director del Cenur del Litoral Norte no existía, la Regional Norte tenía su director y el Centro Universitario de Paysandú el suyo. Vieitez mencionó que el hecho de no pertenecer a ninguna de esas dos comunidades fue un punto a favor para que lo eligieran, puesto que ambas sedes habían rivalizado en algunos sentidos, “no solo en lo deportivo”, dijo. En su cargo de director debe articular el trabajo de esas dos sedes, que tienen el rango de centros universitarios, así como de las casas universitarias ubicadas en Artigas y Río Negro. Salto tiene alrededor de 4.000 estudiantes y Paysandú cerca de 2.500. Vieitez valoró que “se trata de un grupo importante de estudiantes que contribuye a regionalizar la enseñanza”. Señaló que el trabajo en las casas universitarias es todavía incipiente, más que nada se dictan cursos de educación permanente, y se está tratando de potenciar el trabajo. Las sedes de Artigas y Río Negro todavía no cuentan con directores.
Cada Cenur debe tener una Mesa Social Consultiva Regional que represente a las fuerzas sociales de la región; un representante de la mesa será invitado permanente, con voz, en el Consejo del Cenur. Esa mesa todavía no se ha formado y Vieitez expresó que no es sencillo porque el espectro es muy amplio, tanto el área geográfica como en el tipo de organizaciones: productores rurales, trabajadores sindicalizados y centros comerciales. Los representantes sociales trabajan en todo lo concerniente a la relación del centro universitario con la comunidad y particularmente asesoran al Cenur en la elaboración del Programa Regional de Enseñanza Terciaria. En él ya se está trabajando, adelantó Vieitez.
FALTAN REPRESENTANTES
Resta que el Consejo del Cenur incorpore además al representante de las casas universitarias --que se integran de manera alternada, con voz y sin voto-- y a los representantes de las áreas del Cenur. Hasta ahora el Consejo funciona con la integración del director regional, los dos directores de los centros locales y los representantes de los órdenes de docentes, estudiantes y egresados, que fueron votados en las elecciones del 26 de marzo. Hacia arriba Vieitez concurre a las sesiones del CDC para interactuar con decanos y el rector, porque es una oportunidad de “presentar propuestas y buscar acuerdos, es una relación útil, pretende mostrar la presencia del Cenur dentro de los órganos centrales”. Lamentó que “no esté habilitado que un Cenur tenga una participación más activa dentro del CDC”, y consideró que “es una aspiración que deberíamos seguir para ser equiparados de alguna manera con otras facultades”, que surgieron con posterioridad a la creación de la Ley Orgánica. “Tenemos que formalizar la posibilidad de convertir al Cenur en un organismo más independiente de lo que es hoy”, dijo. Como el Cenur no es una unidad ejecutora, “muchísimas de las cosas son mediatizadas y de alguna manera todo termina pasando por las oficinas centrales de la UdelaR, por la parte de contaduría o por medio de la Comisión Coordinadora del Interior, es una estructura muy atada, es muy complicado el funcionamiento”. Valoró que el trabajo que se ha hecho en estos últimos años para crear los Cenur “ha sido formidable”, pero señaló que “quedaron agujeros” y a veces hay contradicciones entre ordenanzas nuevas y viejas. Consideró que hay un debe en ese sentido: “Habría que revisar cada una de las ordenanzas y ordenarlas para que no haya contradicciones que conlleven a la parálisis”.
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