Locales | 15 Ene La segunda quincena de la temporada turística en Rocha se presenta incierta, tras los primeros días con una importante afluencia de visitantes que desbordó la infraestructura de los balnearios locales.
Consultas realizadas por EL TELEGRAFO a operadores de La Paloma, principal destino de mar y playa del departamento esteño, coinciden en evaluar que en los últimos días se ha registrado una fuerte disminución de turistas, lo que hace temer por lo que pudiese suceder en lo que resta de la temporada, cuando solo ha transcurrido la mitad del primer mes del año. Al respecto, la propietaria de una inmobiliaria con más de 40 años en la plaza, expresó que “los medios de Montevideo siempre hablan del éxito de la temporada, que no cabe un alfiler, que está todo lleno. Y ustedes pueden ver lo que es… ¿Por qué hacen eso? Supongo que lo hacen como llamador, como forma de promover la temporada”.
Dijo que hasta ahora “ha sido similar al año pasado: mucha gente en los primeros 15 días y después se vacía”. Consultada sobre si el escaso movimiento que se percibe desde hace ya varios días indicaría que la quincena resulta cada vez más corta, explicó que “en realidad la afluencia de público se registra desde el 26 de diciembre hasta el 6 de enero”. Es así que mientras el fin de semana del sábado 3 y domingo 4 resultaba prácticamente imposible circular en automóvil por el centro de La Paloma casi a cualquier hora, y los supermercados no daban abasto con la reposición de mercaderías y la atención en las cajas, hoy se puede estacionar en la puerta de los comercios sin inconvenientes y suele suceder que no haya más de 3 o 4 clientes en determinados momentos, mientras que los restaurantes lucen vacíos al mediodía y con pocas mesas ocupadas en la noche. Esto ocurre aun cuando el clima se ha presentado excepcional, con pocos días nublados y noches suficientemente frescas como para dormir cómodamente sin necesidad de ventilador o aire acondicionado.
Recién el pasado martes 13 llovió bastante, mientras que todas las demás tormentas anunciadas por los servicios meteorológicos fallaron casi por completo.
Respecto a lo que podría ocurrir en lo que queda de enero, la operaria dijo que no puede predecirlo puesto que “no tenemos reservas de alquileres, solo hemos recibido algunas consultas telefónicas, pero en su mayoría son de parejas jóvenes que vienen por dos o tres días y se van. Esa gente termina quedándose en hoteles, porque les resulta más práctico que una casa”.
Agregó que lo que más se mueve actualmente son los “complejos”, grupos de cabañas tipo “Apart Hotel” con todos los servicios de un hotel, pero independientes. “Nosotros administramos un complejo que está muy bien ubicado, pero como nunca, a esta altura tenemos 10 o 12 habitaciones libres”.
Sobre los precios de alquileres, señaló que “una casa promedio de 2 habitaciones para cuatro personas está en el orden de los 100 dólares por día, pero en realidad la mayoría concreta por unos 80 dólares.
Es casi lo mismo que lo que costaban el año pasado, pero ahora el dólar está más caro”, no existiendo mayor diferencia entre La Paloma, la zona de la playa de Los Botes o La Serena, o hacia el Este los balnearios periféricos La Aguada y Costa Azul. En el caso de estos últimos, aclaró que son casas donde la gente reside todo el año, mientras que en el centro y hacia La Serena la construcción está más encarada hacia el turismo.
En cuanto al perfil de los visitantes, claramente predomina la familia; “los jóvenes se movieron hacia Punta del Diablo”, enfatizó. Es evidente la apuesta de la comuna rochense en este sentido, donde abundan los espectáculos para niños en la avenida principal palomense y sólo hay un “baile” de pequeñas dimensiones sobre la zona del Faro, contra el mar. Los paradores de la playa ya no congregan a miles de jóvenes para “aplaudir el atardecer”, como se promocionaba en temporadas anteriores, y algunos ni siquiera venden tragos con alcohol, solo limonada y jugo de naranja. Sin dudas eso ha traído tranquilidad al balneario, donde no se registran grandes desórdenes ni quejas de los vecinos por ruidos molestos.
“Eso ocurre sólo en La Pedrera y en Carnaval, o algún día muy especial”, aseguró la entrevistada. Es que en ese balneario sí se congrega la juventud, con alto consumo de alcohol y claramente, marihuana en plena calle, tal como pudimos comprobar --y sentir el olor-- con solo caminar por todo a lo largo de la peatonal del poblado, donde se encuentran los bares, pubs, los artesanos exponen sus trabajos y algunos músicos realizan “toques” en la vereda.
Una vez más el grueso del turismo rochense es local. “Los argentinos van a hoteles y a los complejos, donde tienen piscina, seguridad, servicio de mucama.
Los pocos autos que ves con chapa argentina en viviendas son los que vienen a su propia casa, no alquilan acá”, mientras que brasileros “son menos. Ellos buscan una infraestructura que acá no hay: Casino con mesas, cine, teatro, todo eso”, finalizó.