Paysandú, Martes 20 de Enero de 2015
Deportes | 19 Ene La realidad es que fue otra. Y más allá del resultado. La Blanca fue diferente a la que se mostró en su debut ante Salto. Esta vez, en Artigas, mostró a relucir parte del repertorio que pretende llevar adelante el técnico Antonio Cáceres en cada una de sus presentaciones.
Fue una versión totalmente mejorada de aquellos 20 primeros minutos del complemento del choque debut en la Copa Nacional de Selecciones, ante Salto, que habían sido lo positivo de aquella primera presentación, lo que quedaba en el cernidor y lo que, en definitiva, había que tomar más allá del resultado negativo del clásico.
Cáceres lo tomó desde el comienzo. Por lo pronto, cambió el sistema de juego y se abrazó al mostrado en aquel segundo tiempo ante Salto, sabiendo que el equipo había sido otro plantando en la cancha a la figura del enlace. Y ante Artigas le rindió, volviendo a dejar al resultado de lado más allá de que es lógicamente lo que interesa a la hora de pasar raya y mirar la tabla de posiciones.
Pero también es importante, pensando a futuro, el rendimiento del equipo. El sábado, el equipo hizo prácticamente todo bien; tuvo algunos errores defensivos en los primeros minutos, pero fue cuestión de acomodarse en el terreno para subsanarlos.
Esta vez no hubo fisuras, fueron muy pocas las veces que la Blanca sufrió ante un rival que, además, no le encontró la vuelta al partido. Se podrá decir que Artigas no mostró el fútbol al que está históricamente acostumbrado, pero también es justo decir que algo tendrá que ver en eso el equipo de Paysandú, que mejoró sensiblemente en ese sector y no solo en la marca sino también en la proyección.
Paysandú tuvo que hacer tres variantes obligadas para este partido. Y salió casi perfecto. Almirón tuvo un buen desempeño en el lateral, así como luego cuando debió dejar la cancha Calabuig por lesión, mientras que Medina y Sueldo potenciaron el ataque, siendo el primero de ellos uno de los puntales en el equipo a la hora no solo del ataque sino de también bajar unos metros en búsqueda de la pelota, encontrándose con López que ofició de enlace y se volcó repetidamente en búsqueda del arco rival.
El equipo pasó algunos momentos complicados al comienzo del segundo tiempo, cuando el local salió decidido a intentar marcar la diferencia. Paysandú esperó abroquelado, a la espera de salir rápido de contragolpe, sabiendo que Acosta parecía imbatible.
Así fue como Cáceres apostó a las variantes, y salió todo redondo. Sampayo le dio no solo marca sino proyección al equipo, acompañando a Soria, Miguel Cáceres pasó a ocupar su lugar natural en el ataque y fue imparable, mientras que Medina fue del otro lado era compañero ideal pero imbancable para los rivales.
Paysandú logró marcar la diferencia. Aplicado tácticamente, sin salirse del libreto ni de la idea planteada, esa de esperar y salir jugando rápido, sin apostar al pelotazo sino al toque para llegar al área con pelota dominada. Y de ser protagonista, de proponer, cuando fue posible.
La Blanca mostró la otra cara, aquella de los 20 primeros minutos del segundo tiempo ante Salto, que podían mejorarse. Se logró, y se va por el buen camino. Sirve por partida triple: para la tabla, para ganar confianza, y para saber que se puede.
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