Paysandú, Jueves 22 de Enero de 2015
Opinion | 22 Ene “Vemos que los niños pobres se encuentran en debilidad, por ejemplo, si uno ve los índices de aprobación de secundaria”, dijo el relator de la Comisión de Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Jorge Cardona, ante una delegación uruguaya que finalizó su exposición el martes pasado ante un comité encargado de vigilar el cumplimiento de los Estados que ratificaron la Convención sobre el tema hace 25 años.
El comité, integrado por 18 expertos independientes, lleva adelante las sesiones que en el caso uruguayo se desarrolló del 19 al 20 en Ginebra. El panorama de la niñez a nivel latinoamericano varía sustancialmente y su componente cultural ejerce una presión que demuestra las diversas realidades. No obstante interesa analizar Uruguay, donde la mayoría de la población pertenece a la clase media.
La denominada “década ganada” no permitió mejorar las cifras y según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indica que un 26,4% de la población es vulnerable de caer en la pobreza. Su informe elaborado a mediados del año pasado, señaló que hasta el año 2012, el 60,2% de la población pertenecía a la clase media y el 8,1% eran pobres. En 2000 era de 59,6% y 8,3% respectivamente, lo que significa una variación de 0,4%, más allá que durante el período de crisis que se desató en 2002 la situación había desmejorado notoriamente por la coyuntura.
El documento sostuvo que, pese a la relevancia de pertenecer a una clase media mayoritaria en comparación con otros países latinoamericanos, “entre los jóvenes en situación de pobreza, la mayor proporción de quienes no estudian ni trabajan ocurre en Uruguay (40,3%)”. A eso sumó que cerca del 30% de los trabajadores uruguayos está en la informalidad y que un tercio no cuenta con un contrato laboral.
En Uruguay, el 9,6% de las madres son adolescentes y corresponden a 60 nacimientos anuales cada 1.000 mujeres, con números estancados y sin mayores variaciones desde hace al menos diez años. Los datos oficiales del Atlas Sociodemográfico y de la Desigualdad del Uruguay elaborado por el Instituto Nacional de Estadística demuestra la existencia de una brecha que no ha podido salvar. Establece que en los hogares con las Necesidades Básicas Satisfechas, la fecundidad en esta franja etaria es baja, al igual que las adolescentes más educadas. En este caso es de 3% en todo el país y para aquellas con menos años de estudio, aumenta a 25%
En cuanto a la educación, según el subsecretario del Ministerio de Educación, Oscar Gómez, hay 11% de repetidores en primer año escolar y 40% en primero de Secundaria y este asunto ha motivado la polémica acerca de la conveniencia o no de la repetición. Las tasa de egreso del 35% es la más baja de América Latina, donde las inasistencias se sustentan bajo un costado de la pobreza con la explicación de la necesidad de comenzar a trabajar.
Es decir que algunos guarismos oficiales siguen siendo una cuestión de clase, se muestran poco alentadores y estructurales, más allá de cualquier análisis internacional.
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