Paysandú, Domingo 25 de Enero de 2015
Opinion | 19 Ene Desde hace décadas el Interior, pero sobre todo el norte del río Negro, reclama legítimamente que se instale un Instituto de Medicina Altamente Especializada (IMAE) en la región, para mitigar las consecuencias de la lejanía con Montevideo, donde están instalados todos los IMAE del Uruguay. De esta manera, las ambulancias no tendrían que recorrer cientos de kilómetros con pacientes graves, muchas veces por malos caminos, cuando precisamente el tiempo resulta vital para la recuperación de los pacientes.
Hasta ahora este reclamo no ha sido satisfecho, aunque en setiembre de 2014 la posibilidad de que los departamentos del norte del río Negro tuvieran su IMAE estuvo más cerca que nunca: la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) solicitó formalmente al Poder Ejecutivo la instalación de un IMAE cardiológico en el Hospital de Tacuarembó. Sin embargo, aunque el decreto de creación está listo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) aún no ha dado la habilitación para que pueda comenzar a funcionar.
Según apunta El Observador, la ministra Susana Muñiz indicó al matutino que esa habilitación “se está tramitando” y que se espera que en 2015 esté en funcionamiento, aunque aún no hay una fecha precisa. Fuentes de ASSE señalaron a El Observador que hace un año y medio que ese hospital solicitó que se habilitara el IMAE, pero que “quedó trancado”.
Debe tenerse presente que los IMAE son centros encargados de realizar intervenciones quirúrgicas complejas, financiadas por el Fondo Nacional de Recursos (FNR), y para que un IMAE pueda comenzar a funcionar, se deben cumplir tres pasos: en primer lugar, que el Poder Ejecutivo firme el decreto de creación. Luego, el MSP habilita el equipamiento y la infraestructura y, por último, el FNR otorga la cobertura para su financiamiento. “Todos tienen que pasar por esas tres etapas. El Hospital de Tacuarembó tiene firmado el decreto de creación, ahora falta la habilitación. Para eso se están haciendo gestiones”, explicó a El Observador Cristina Mier, presidenta del FNR.
Hasta aquí la parte formal, pero también hay de por medio decisiones políticas, que son las que se han demorado todos estos años, porque simplemente existen demasiados intereses y celos profesionales en el sector de la salud pública y un statu quo que ha sido muy difícil de quebrar.
Según dijo Mier, entre enero de 2013 y febrero de 2014, 337 usuarios de ASSE del norte del río Negro hicieron uso de un IMAE por cirugías cardíacas y estudios de hemodinamia (para analizar la circulación cardíaca), según datos del FNR. De ese total, 124 se atendieron en el IMAE del Sanatorio Americano, integrado a la Federación Médica del Interior (FEMI) y uno en el Clínicas. Como el mínimo de cirugías sugeridas al año en un centro es 200, el hospital de Tacuarembó tiene previsto aumentar el número de cirugías cardíacas de manera progresiva y con técnicos provenientes de Montevideo.
El 18 de diciembre, en su última sesión de 2014, el FNR autorizó --según dijo Mier-- una propuesta para que el IMAE cardiológico del Hospital de Clínicas funcione como red, junto con el Hospital Militar y el Hospital Regional de Tacuarembó, cuando esté habilitado. Esto permitirá a usuarios del sector público y privado elegir en qué prestador de salud operarse.
Pero salieron a la luz intereses sobre la formación de médicos entre el Clínicas y el Hospital Militar, incluso con denuncia de “intereses mercantilistas” contra este último, en todos los casos con una buena dosis de entredichos profesionales.
En este juego y cruce de acusaciones han quedado en el medio los pacientes cardiológicos del Interior, de los departamentos más alejados de Montevideo, para quienes incluso tampoco es una muy buena solución el IMAE cardiológico en Tacuarembó, que puede servir por ejemplo para Rivera, Artigas, Cerro Largo y el propio Tacuarembó, pero que resulta complicado para Paysandú y Salto, entre otros departamentos. La ruta a Tacuarembó está en mal estado y, por ejemplo, para Paysandú hasta es más dificultoso el traslado a ese departamento que a Montevideo, por lo que el cambio no sería significativo.
Tampoco se ha atendido, pese a las promesas y anuncios, el reclamo inicial de instalar el IMAE cardiológico en Salto, que incluso tiene el visto bueno del gobierno, que resultaría más accesible para los sanduceros y para Artigas, entre otros departamentos de la región, por las mejores conexiones físicas, aunque se habla de una complementación posible con el de Tacuarembó, llegado el caso.
Y no se trata de una manifestación de inconformismo porque sí, sino de que se encare una adecuada racionalización y descentralización de los servicios de salud, sobre todo de los de alta tecnología, para los que de una forma o de otra hay que converger en Montevideo, aún recorriendo cuatrocientos o 500 kilómetros. Las dificultades para concretar incluso el de Tacuarembó, a pesar de los pasos que se han dado hasta ahora, habla a las claras de que sigue habiendo resistencia en el ámbito de los profesionales que siguen atrapados en los mismos intereses de siempre. Con la consecuencia de que todos los IMAE e institutos de alta tecnología estén instalados al sur del Santa Lucía, para todos los uruguayos, vivan donde vivan, aunque todos paguemos los mismos impuestos y tengamos derecho a la mejor atención que el sistema pueda ofrecer, con o sin reforma de la salud.
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