Locales | 25 Ene En la oficina territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) se firmaron los estatutos para conformar dos nuevas cooperativas sociales en nuestro departamento. Las 32 cooperativas que funcionan en Paysandú son un instrumento que permite que alrededor de 300 personas tengan su fuente laboral.
El coordinador departamental del ministerio, Ricardo Fleitas, recordó que es un camino que comenzó en 2007, cuando se conformaron las primeras 7 cooperativas de este tipo en el departamento. “Es una alegría porque significan oportunidades de trabajo, que se han ido generando en todos estos años para aquellos que tenían dificultades para acceder al mercado laboral. No es una oportunidad de trabajo como todas, está impregnada de lo que significa la solidaridad, el trabajo colectivo, de lo que significa hacer las cosas entre todos para generar un servicio o un producto”, manifestó.

COMETIDOS
Una de las cooperativas que suscribió sus estatutos fue “Nosotros 5”, que tiene el cometido de “brindar servicios de mantenimiento en general en edificios públicos, privados o residencias. También podrá realizar tareas de limpieza, construcción, reparación y cuidado de espacios verdes, calzadas o veredas”. La otra cooperativa es Coslucit, Cooperativa Social Lucha Citrícola de los Trabajadores, compuesta por 6 exempleados de una empresa de ese rubro, que tiene como fin “brindar servicios de cosecha en las áreas de floricultura, horticultura y afines, así como servicios de elaboración de productos granjeros y de huerta”. Sobre esta última, si bien existen antecedentes en funcionamiento, hay expectativa acerca de su desempeño, ya que se trata de una modalidad que se tiene intención de seguir explotando, como forma de acceso colectivo a la tierra mediante el Instituto Nacional de Colonización.
“Su constitución está vinculada a una nueva área y me parece importante pensarla como algo que en un futuro pude dar lugar a que otras cooperativas se vayan embarcando. El Instituto Nacional de Colonización está brindando la posibilidad de que una cooperativa social se dedique a la producción, cosecha y colocación de frutas, en este caso se trata de naranjas. Es un nuevo espacio que se está abriendo y que ofrece nuevas oportunidades, tanto en las tareas concretas como en el desarrollo del concepto de qué significa una cooperativa social en el medio rural”, explicó Fleitas.

PROCESOS COMPLEJOS
El coordinador del Mides subrayó que se trata de logros que han demandado esfuerzos en su concreción. “No se ha hecho sin dificultades. Los obstáculos se presentaron en diferentes aspectos de la organización, presupuestos, en la convivencia del grupo, aspectos que son acompañados a través del convenio que tiene el Mides con el Centro Cooperativista Uruguayo, CCU”, explicó.
Aníbal Erramuspe, integrante del equipo del área sociolaboral de la oficina, dijo que, por el momento, la gran salida laboral para las cooperativas está marcada por el trabajo con las empresas públicas.
“Los convenios con Ancap, OSE, UTE, y ahora con el Instituto Nacional de Colonización han permitido que distintas cooperativas sociales brinden servicios a esas empresas para, por un lado, buscar el objetivo que tiene la cooperativa social de encontrar un puesto de trabajo para cada uno de sus integrantes y, en segundo lugar, brindar servicios concretos a la población. Estoy pensando en OSE, donde hay cooperativas sociales haciendo trabajos en distintos barrios”, destacó.
No han encontrado, en cambio, la misma repercusión en el sector privado, camino en el que se seguirá trabajando.

EN GRUPO
Hugo Carballo es el presidente de la flamante cooperativa social Coslucit, compuesta por 6 integrantes, que suscribió sus estatutos y se dispone a comenzar a trabajar en la gestión de una fracción de 77 hectáreas con frutales, en la Colonia 19 de Abril.
“Agradecemos a Colonización por cedernos las tierras y agradecemos al Mides por conformarnos como cooperativa. El trabajo nuestro es citrícola, pero también tendremos un criadero de animales y huerta. Vamos a ver si podemos sacar adelante esto con el grupo”, señaló Carballo. La fracción tiene árboles de limón, mandarina y naranja, y hace dos años que no recibe el manejo correspondiente, pese a lo que ha seguido produciendo, gracias a que el Instituto puso la fruta a disposición de los trabajadores.
La salida que tendrá la producción de la cooperativa se colocará en el mercado interno y también se venderá a instituciones estatales, aprovechando los beneficios que supone la categoría de cooperativa social.
Carballo indicó que los seis trabajadores se desempeñaron en una empresa de la que fueron despedidos, por eso se embarcaron en este proceso. “Esto se dio por medio de proyectos y como ya estábamos en la rama citrícola, veíamos viable el camino para acceder a la tierra”, indicó.
En el proceso han contado con el acompañamiento del sindicato de obreros rurales, Osdor, que en la ocasión estuvo presente a través de Alejandro Martín, quien destacó la conformación de la cooperativa como un logro.

MANTENER EL
ACOMPAÑAMIENTO
Isabel Morales, quien integra el Centro Cooperativista Uruguayo (CCU) organización que trabaja en el asesoramiento a las nuevas cooperativas, destacó el impacto que ha tenido esta modalidad en el departamento, que es el tercero con el mayor número de cooperativas sociales, por detrás de Montevideo y Canelones.
“Paysandú tiene una historia de asociativismo que responde también al trabajo permanente que tiene el Mides en Paysandú, con una tarea muy sistemática, que por ahí no pasa en otros departamentos”, señaló.
“La cooperativa social tiene, con respecto a cualquier otro sistema, una gran exoneración tributaria. El único aporte que hace es el de BPS, para la propia jubilación de los trabajadores; eso posibilita que las personas puedan acceder a la explotación de un predio al que no podrían acceder de forma individual ni de otra manera”, dijo.