OPINIÓN

Locales | 25 Ene PENOSA DIRECCIÓN
DE TRÁNSITO
Honestamente, estos son temas de los cuales uno no debería escribir ni hablar, pero lamentablemente la imposición de una conducta prepotente y autoritaria por parte de los integrantes todos de la dirección mencionada al título de esta solicitada, lo obligan a uno a no quedarse callado.
Hay un cuidacoches ubicado en calle 33 Orientales esquina 18 de Julio, que dice que luego de las 20 horas se puede estacionar motos ahí. Pues ayer (5/1/2015), dos inspectores de tránsito --que bien puesto llevan el nombre, porque es a lo único que se dedican, a “inspeccionar” con el único fin de facturar y cobrar una comisión--, estaban factura y boleta en mano, con una actitud de desesperación, corriendo lapicera y pensando en la plata. Dicho de otro modo, salen todos bien entrenaditos de la cueva de Movilidad Urbana a recaudar, pero jamás a hacerse cargo de todo lo demás que sucede en el tránsito de esta ciudad desecha. Yo tenía mi moto estacionada ahí, pasadas las 20 horas, porque a las 20 se retira el que cuida las motos de calle Florida y quedan allí expuestas para que se las roben, como todos los días y en distintas zonas de esta ciudad. Quiero mencionar también, que me han robado dos motos de esa misma zona, y jamás nadie, absolutamente nadie, se hizo cargo. Ni tránsito, ni la policía, ni los cuidadores, ¡nadie! Y como suele suceder, siempre, el más desfavorecido es el trabajador o contribuyente. De hecho, el entrenamiento que reciben los “inspectores” en calle Colón esquina Bulevar Artigas, es para escurrir a más no poder a la clase obrera. ¿Por qué?... Porque es la que siempre va a pagar. Mientras que los motochorros, los encapuchados, los que no respetan nada, ni semáforos, ni cebras, ni derecha ni izquierda, se dedican a robar, corren picadas en motos robadas, corren picadas en Ruta 3 a la altura de Rodríguez Nolla o el Trébol, hacen lo que quieren, siempre. Pero, el entrenamiento encabezado por el Sr. Bartaburu, incluye el punto de que a los mencionados anteriormente “no se les puede quitar nada”, ni siquiera pueden ir presos. Entonces, ¡a no perder el tiempo, vamos a lo seguro! ¿No?... A buen entendedor, pocas palabras.
Lo más indignante de esta diabólica decisión que toman, es que los servicios --lean bien, los servicios-- que ofrecen a los pagadores, a los que sostienen toda la gordura de la burocracia de este Gobierno Departamental lleno de incapaces, son lamentables. Se lo mire por donde se lo mire, y ellos también se miran al espejo, pero ni les afecta, porque hasta lo más recóndito de la conciencia la tienen llena de eso que abunda en el cementerio por las palomas. Aquí no hay señalización adecuada, no hay cebras donde debería haber, y donde las hay, están despintadas; en pleno verano a las 23 se apagan los semáforos y en algunas calles antes, no hay señalización de zonas y barrios y calles, colocaron un lomo de burro en calle Joaquín Suárez casi Charrúas, mal colocado y con muy poca distancia para estabilizar el vehículo --¿estarán ahorrando materiales?--, los ruidos molestos son insoportables todos los días, roban y roban y no paran de robar motos, y en camino Casa Blanca hay un desarmadero y transitan con pedazos de motos robadas y nadie hace frente a esa situación.
Hay otros barrios y zonas en la ciudad donde también hay motos robadas y ni Tránsito, ni Movilidad Urbana, ni la policía le hacen frente a la situación. Si son menores, el trabajo de la policía es sin valor, y por el otro lado, repito, no son los objetivos del área de Tránsito ni de Urbana, salvo los de recaudar y atacar a la clase trabajadora, que es la que necesita su moto para ir al trabajo día tras día. Honestamente, es penoso lo que hacen. Una falta de ética, compromiso serio, responsabilidad y más aún, falta de respeto y atrevimiento descarado es el que practican estos señores sistemáticamente, que con autoridad y poder, han hecho una Roma moderna aquí. ¿Se van a hacer cargo de todas las motos que roben a diario por el nuevo ordenamiento?... Yo dialogué con un inspector, que ni siquiera se bajó de la camioneta como persona bien educada, me hablaba desde adentro, como en ventanilla de motel, uno de los tantos mandaderos que tienen en Movilidad Urbana, y me dijo que: “Ud. confunde, tránsito con inseguridad”. Que lo del robo de motos es una tarea del Ministerio del Interior, así es como se pasan la pelota, como en la playa. Pero si ellos toquetean y manosean el tránsito, ¿Cómo le vamos a ir a reclamar a la policía?... Que no me vengan con el pragmatismo, porque no está a la altura de ellos, ni saben lo que es. Aquí el que toquetea algo que se haga cargo. Y mejor ni hablemos de toqueteos, porque me recuerda el otro fragmento de la carta presentación que tienen en este Gobierno Departamental que es lo de la Casita del Parque. Y todo esto, es sin ingresar al deterioro masivo que existe en las calles de Paysandú. Una verdadera vergüenza como se des- trozan los automóviles, motos, camionetas, todo, por el mal estado en que están las calles. Qué hacen con lo que recaudan de patente, impuestos y contribuciones varias, no sé.
Yo sé que esto va a continuar, y lo sé muy bien. Insisto que es lamentable que tengamos que hablar de esto que es sentido común en pleno siglo XXI, pero el sentido común es el menos común de todos. Solo me resta decir y agradecer a un vecino que me salvó la moto de que me la robaran dos encapuchados en estos días, de calle 33 Orientales a plena luz del día. Se imaginan que dejándola por calle Florida, estaría más expuesta aún. Porque la gente debe saber que ahora roban motos cargándolas en camionetas. Dejo en claro que defiendo al trabajador y a quien paga patente y contribuciones varias, para que a cambio reciba servicios malos y de cuarta categoría, prepotencia y falta de respeto.
Diego Álvarez, Conductor de radio