Opinion | 25 Ene El presidente electo, Tabaré Vázquez, anunció que recortará los gastos de publicidad de las empresas públicas y pidió austeridad a sus futuros ministros, sin embargo deberá enfrentar algunas paradojas que difícilmente resistan a un archivo reciente.
El vicepresidente electo, Raúl Sendic, dijo que “las empresas públicas que son monopólicas o sus respectivas áreas de negocios no deben hacer publicidad”. Justamente lo dijo el expresidente de Ancap, quien permitió uno de los spots publicitarios más largos que se emitió en los medios masivos, donde un actor que caminaba por medio país remarcaba que el ente petrolero correspondía a “uruguayos haciendo el futuro Uruguay”; un eslogan que Sendic también usó durante la campaña electoral.
A esta medida se sumarán otras que tratarán de “ordenar” los viajes al exterior para adquirir los pasajes con anticipación y bajar el gasto de las misiones oficiales. O la costumbre de ir a buscar a los jerarcas a sus casas, cuando “cualquier trabajador de este país cuando tiene que ir a trabajar, se toma el ómnibus, va en bicicleta o va caminando, pero no tiene un auto oficial que lo vaya a buscar”, dijo el electo ministro de Transporte, Víctor Rossi.
Bueno, pues, deberán comenzar a ordenar su propia casa. Ocurre que el secretario redactor de la Cámara de Diputados, José Pedro Montero, perteneciente al Frente Líber Seregni, que lidera Danilo Astori, y representante de ese sector en la Junta Electoral de Montevideo, ha viajado 21 veces durante el quinquenio actual. O lo que significa cuatro viajes al año o un viaje cada tres meses, sin devolver viáticos.
El Espectador realizó un pedido de acceso a la información para conocer los gastos realizados por los cinco presidentes de la cámara, vicepresidentes y secretarios, discriminados además por los gastos efectuados por cada legislador.
El funcionario hizo solo 5 viajes menos que el resto de los presidentes, gastó U$S 43.905 y ese importe solo supera en U$S 3.000 el total de gastos realizados por los titulares de las cámaras. Según el informe, el último viaje fue a Corea y se desconocen los motivos.
Sin embargo, se supo que Raúl Sendic le ha ofrecido la secretaría del Senado para la próxima legislatura. En realidad, lo crucial de este análisis no es el resultado final de los gastos realizados por el secretario redactor, sino el permiso otorgado por su inmediato superior para que los realizara, liberara los recursos y no reclamara una devolución de los viáticos. Si el futuro gobierno pretende manejar sus gastos con austeridad, en tanto prometió durante la campaña electoral que llevará adelante una serie de programas sin aumentar los impuestos, deberá comenzar a desacostumbrar a quienes en el ejercicio de sus funciones utilizan los recursos económicos y privilegios --como los viajes-- con cierta impunidad.
O como diría el presidente Mujica: “la culpa no la tiene el chancho, sino quien le rasca el lomo”.