Paysandú, Miércoles 28 de Enero de 2015
Opinion | 26 Ene El presidente electo, Tabaré Vázquez, decidió que la oposición no integre la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de la Educación Pública (Anep) ni el Banco de Previsión Social (BPS).
Según el vicepresidente electo, Raúl Sendic, “el rol de contralor de la oposición ya está asegurado tanto en el Parlamento como por los organismos de contralor que tiene el Estado”. En tanto desde la interna del gobierno consideran que “no se justifica que el Poder Ejecutivo quede en minoría” en los órganos mencionados.
El año comenzó con el despeje de algunas incógnitas. La actual ministra de Salud, Susana Muñiz, pasará al frente de ASSE, junto con Mauricio Ardus en la vicepresidencia y Jorge Rodríguez Rienzi como vocal.
Wilson Netto seguirá encabezando el Codicen y Margarita Loaces será la consejera en representación del oficialismo. El cuadro se completa con los delegados docentes Teresita Capurro y Néstor Pereira, quienes permanecerán en sus cargos hasta las elecciones en sus respectivos gremios, y en febrero deberá retirarse Daniel Corbo, representante del Partido Nacional. El BPS tiene siete directores sociales, donde solo Jorge Eduardo Maeso representa a la oposición (nacionalismo).
La visión obtusa del “contralor” fue dejando por el camino otros aportes relevantes que se dieron, por ejemplo, en la educación. El consejero Corbo, uno de los autores del programa Promejora, planteó una propuesta educativa con la que estaban de acuerdo las autoridades del gobierno y del órgano rector, enmarcada en un intento de dar respuestas a cada centro educativo en la mejora de los aprendizajes, convivencia y recursos. Es que la uniformización de la atención educativa no brindó resultados de calidad y generó mayores desigualdades, en tanto cada centro debe ser protagonista y gestor del cambio al conocer sus propias necesidades.
La directora de Secundaria, Celsa Puente, valoró positivamente el plan y aseguró que los centros educativos deben ser “laboratorios, donde uno va ensayando y aprendiendo” y reconoció que preocupan los resultados de las pruebas PISA y del Anuario del Ministerio de Educación. Entonces, vale la pregunta: ¿cuál es la razón de ser más realista que el rey?
Posteriormente acudimos al argumento menor de hace más de 20 años atrás, cuando los partidos tradicionales ocuparon el gobierno y dejaron fuera a la oposición de ese entonces (FA). En este caso, cualquier distraído puede sacar algunas conclusiones. La primera es que una mala decisión no debe repetirse y si eso ocurre, entonces habremos retrocedido veinte años. La segunda es aún más clara, y es que “un gobierno de cambio” resuelve sobre la base de lo que siempre rechazó. Por lo tanto, uno u otro es lo mismo.
Pero lo relevante de este caso es la dimensión pequeña que se da al contralor en sí mismo, sin tomar en cuenta los aportes en la diversidad. Si todo pasa por el Parlamento, es evidente que habrá conformidad. Eso es lo que dictan las mayorías absolutas.
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