Opinion | 29 Ene Más de dos millones y medio de personas se movilizan anualmente en nuestro país para participar en cerca de 200 fiestas tradicionales en las que las comunidades celebran alguno de los hitos que marcan su existencia. Son las llamadas “fiestas populares”, muchas nacidas de la iniciativa de los habitantes de un lugar, otras promovidas por instituciones tales como los municipios, intendencias y asociaciones, entre otros.
En Paysandú conocemos bien la importancia de este tipo de actividades puesto que se realiza una de las más importantes fiestas populares del país, como es el caso de la Semana de la Cerveza. No obstante, las hay de similar prestigio y otras de menor envergadura pero que se realizan en forma anual y están relacionadas con la tradición, el Carnaval, la música, las creencias religiosas, la producción y las costumbres locales.
No es menor la importancia que estas fiestas tienen en la economía local, en la medida que todo el comercio, pequeño y grande, se ve beneficiado durante su desarrollo, pero también los vecinos que tienen la oportunidad de trabajar temporalmente.
Son fiestas de interés especial por lo que representan para las localidades, los beneficios que derraman y porque identifican a los lugares donde se celebran. Algunas convocan a decenas de miles de personas y otras a algunos centenares. Algunas se extienden por varias jornadas y otras se realizan en un solo día. Todas son motores de desarrollo local y un lugar para el encuentro, en las que se afianzan identidades que fortalecen el sentido de pertenencia y reafirman el orgullo de cada comunidad.
Los ministerios de Turismo y Deportes y de Educación y Cultura apoyan de forma conjunta a las muy numerosas fiestas uruguayas. Ambos ministerios establecieron un convenio marco de cooperación con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, que a través del Área de Políticas Territoriales y el programa Uruguay Integra, realizaron en 2013 una “Guía de Fiestas Uruguayas”. Recoger y sistematizar la información existente y dispersa sobre estas fiestas era una materia pendiente hasta que surgió esta publicación, que releva algunas de las celebraciones tradicionales del país y de particular interés por lo que representan para las localidades, por los beneficios que generan y porque identifican a los territorios en donde se celebran.
Actualmente se trabaja en la segunda publicación que incorporará nuevas celebraciones que no figuraron en la primera edición. Dar a conocer estas fiestas y actividades contribuye no solo a estimular el turismo, sino que nos da una mirada de nuestra diversidad cultural nacional y local, constituyéndose cada una de ellas en un hecho de importancia a todos los niveles.