Paysandú, Sábado 31 de Enero de 2015
Locales | 29 Ene Enmarcado en la campaña de información contraria a la utilización de la fractura hidráulica o técnica del Fracking para la extracción de hidrocarburos, el grupo de activistas Paysandú Nuestro organizó un encuentro con la presencia del Ing. Roberto Ochandio, extrabajador petrolero, perteneciente a la Unión de Asambleas Patagónicas de la República Argentina.
A raíz de los anuncios del gobierno acerca de la existencia de veinte potenciales depósitos de petróleo en Salto y Piedra Sola, los referentes locales se mostraron preocupados en torno a las afirmaciones de la utilización de técnicas convencionales “con mucho énfasis”, sin embargo, en los contratos firmados para habilitar las exploraciones figura la posibilidad de instrumentar las “no convencionales”.
Ochandio se desempeñó durante 19 años en la industria petrolera, en Comodoro Rivadavia, “una ciudad petrolera por excelencia”, en primer lugar para la estatal YPF y posteriormente en diversas compañías privadas. “Durante esos años trabajé en cimentación, entubación de pozos y estimulación (fracturación de pozos convencionales), ensayos a pozo abierto y de producción, punzamiento, perfilaje e inspección no destructiva. Esta variedad de actividades me permite entender a esta industria desde dentro”, resumió.
Posteriormente se radicó en Estados Unidos durante 27 años, donde trabajó en la industria aeronáutica y tras los beneficios jubilatorios, retornó a su país. “Cuando llegamos encontramos a un país totalmente distinto porque ya se habían instalado los monocultivos, la megaminería y la fractura hidráulica. Así nos pusimos en campaña para usar nuestra experiencia para informar al resto de los ciudadanos”, continuó.
El experto arribó a la provincia de Entre Ríos, invitado por la Asamblea Ambiental, que lleva adelante una campaña de concientización contra la fractura hidráulica y ha logrado su prohibición en 27 ciudades. De allí se trasladó a Paysandú con anterioridad a que el anuncio del gobierno uruguayo anunciara que Schuepbach Energy International encontró y logró certificar internacionalmente la existencia de 20 potenciales depósitos o “trampas” de petróleo en la zona del litoral.
“Esto nos permite interpretar lo que está pasando y ponerlo en el contexto mundial, con la experiencia argentina de por medio, para que comprendamos que lo que se viene no es tan fácil, ni tan promisorio y que pueden generarse problemas, tal como ocurre en otras partes del mundo”, señaló.
Ochandio recordó que las promesas atraviesan la frase “petróleo para 120 años” y rechazó tal afirmación por carecer de argumentos técnicos. “En Argentina, la presidenta Cristina Fernández dijo que tenemos petróleo para 100 años, basándose en lo que dijo Barack Obama. En realidad hay ‘recursos’ o roca capaz de contener hidrocarburos en gran volumen, pero que sea comercialmente posible su extracción es otra cosa”, precisó.
Según el invitado, “cuando es posible extraerlo, entonces se convierte en reserva y las reservas realmente son mucho menores. Hace un año, en Estados Unidos en vez de alcanzar para 100 años, se redujeron a 11 años y con el agotamiento de los yacimientos que se encuentran en producción de no convencionales, estoy seguro que es menos de ese tiempo”.
Los yacimientos ubicados en Dakota del Norte o en Texas se encuentran “en franca declinación y no tienen mucha vida. Por eso, que venga alguien del gobierno y diga que hay petróleo para 120 años, habla de un número totalmente irreal”, añadió.
En tal sentido, el gerente de exploración y producción de Ancap, Héctor de Santa Ana, había estimado entre “2 y 241 millones de barriles en cada bloque”, mientras que el ente adquiere al menos 1 millón de barriles mensuales, comparativamente.
LOS MISMOS MÉTODOS
Ochandio aseguró que “los métodos de extracción de los hidrocarburos son iguales en todo el mundo. Cuentan con manuales de procedimiento que se adaptan a la realidad social de cada país, tratan de no alarmar a la población que puede reaccionar si se entera que contaminará el Acuífero Guaraní”. Explicó que presentan las técnicas “como si fuera petróleo convencional y cuando lo decimos así, pensamos en Arabia Saudita. Si Uruguay tuviera petróleo convencional ya lo hubieran explotado hace 40 o 50 años cuando comenzaron las perforaciones de pozos en la región”.
Para el activista argentino, “suena demasiado casual que ahora se encuentre petróleo convencional, cuando Estados Unidos ya les dijo que debajo del Acuífero Guaraní hay petróleo no convencional. Por eso el verso es el mismo que se aplicó allá y en Argentina”.
En tal sentido, De Santa Ana aclaró en ese entonces que el hallazgo no implica la aparición del petróleo, sino que “el país tiene una chance importante de encontrar petróleo si se hace la exploración”.
Tras los anuncios, las consecuencias a corto plazo implican un aumento de las fuentes laborales. “Necesitarán hacer oleoductos, plantas de tratamiento de superficies, caminos, tendidos de líneas eléctricas y una gran inversión”.
“Pero, comparativamente hablando este trabajo es de poco tiempo y se acaba en dos o tres años. Cuando comience la explotación de los yacimientos, declinan el trabajo, se desempeñan los mismos equipos que realizan los pozos y ese personal –por supuesto-- no será uruguayo”, subrayó.
En este último aspecto, acotó que Uruguay, “por no ser un país petrolero no tiene experiencia y lo más probable es que los operarios provengan de Estados Unidos, Brasil o Argentina. Es decir, los grandes sueldos que promete la industria no quedarán aquí. Un petrolero argentino no invertirá en Uruguay sino allá, al igual que un norteamericano o brasileño. Lo que ocurre es que se llevarán la plata para sus casas”.
A largo plazo señaló “un decaimiento total de las fuentes de trabajo y una infraestructura vial destrozada. Estoy seguro que los caminos en Uruguay no están preparados para manejar de 900 a 1.200 camiones para cada pozo y si esto se cumple, se harán miles de ellos. Este costo será absorbido por los gobiernos uruguayos porque las compañías extranjeras no se harán cargo de la reparación de las rutas”.
Ejemplificó que “en Texas ya saben que al finalizar la explotación, deberán gastar U$S 2.000 millones para reparar caminos exclusivamente. Pregunto ¿cuál de nuestros países latinoamericanos tiene ese dinero en caja para invertirlo en esa tarea?” Finalmente, remarcó que “dejarán el agua contaminada –tal como ocurre hoy en Estados Unidos-- y no es un invento, porque cualquier persona puede corroborarlo por Internet. La contaminación proviene del gas metano y los perjuicios sociales, tales como un aumento sostenido del precios de los alquileres, aumento de la prostitución y el alcoholismo”.
Según Ochandio por esta situación atraviesa Añelo, “un pueblo ubicado a 80 kilómetros de Neuquén, dentro del área de Vaca Muerta, donde hay casinos, prostíbulos y droga, pero no cuentan con un hospital. Es decir que los gastos sociales son los últimos que entran en la consideración de los gobernantes. Están confiados en que las compañías harán uso de la responsabilidad social empresarial que no se lleva a cabo y en Neuquén tenemos ejemplos de sobra”.
El extrabajador petrolero recordó que la zona de Vaca Muerta se encuentra acordonada con policía privada para evitar la investigación de lo que se realiza. “Durante el proceso de fractura, cuando se inyecta el agua, el 70 u 80% vuelve a la superficie en forma contaminada con productos radiactivos y metales pesados, entre otros gases. Eso queda en la superficie, sin tratamiento ni garantías porque la empresa se reserva el derecho de comunicarlo”, indicó.
En la ciudad de Centenario, ubicada en la mencionada provincia, “instalaron un basurero en medio de una plantación de manzanas. Allí tiran los residuos petroleros de la zona de Vaca Muerta y es procesado por tractores que dan vuelta la tierra con bacterias”, informó.
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