ES “TIERRA DE NADIE”

Locales | 03 Feb Parcialmente, de 12 a 0, fue reinstalado el kiosco policial de la Terminal de Ómnibus, que desde hacía más de dos semanas había sido retirado. El kiosco estaba en régimen de servicio 222. El costo del servicio era pagado por la Intendencia Departamental de Paysandú, la que a su vez lo recaudaba por el toque de andén y la tasa de embarque.
El director de Tránsito y Transporte de la intendencia, Haroldo Canoniero, aseguró que “el único problema es que la Policía no cuenta con el suficiente personal en tareas ejecutivas para poder cumplir con este servicio. Esto es lo que nos han dicho y sabemos de la mejor voluntad del comando”.
Más allá que ahora la situación se ha normalizado en parte del día, lo que ocurre “está en conocimiento del intendente Bertil Bentos, quien en pleno fin de su mandato busca una salida a este problema. Si no fuera posible en estos días, seguramente el entrante Mario Bandera tomará rápidamente acciones, seguramente volver a hablar con Jefatura, para encontrar una solución, porque estamos al tanto de lo que ocurre, especialmente por las noches”.
Canoniero reveló que “personalmente prácticamente todas las noches llamo al 911 para demandar la presencia policial, porque siempre se hace necesaria, por un inconveniente o por otro”.

TIERRA DE NADIE
El reciente hurto a un vendedor de panchos en la Terminal de Ómnibus fue el corolario de una serie de robos y de la inseguridad general que denuncian operadores y el propio personal que allí trabaja. La inseguridad es tal que al ser consultados hablan, pero se rehúsan a identificarse pues podrían ser objeto de represalias. De hecho ya han sido víctimas de pedreas en la noche.
Como “tierra de nadie” definió un operador de la terminal la situación actual. “Antes había presencia policial, si algo pasaba, llamábamos al kiosco y la policía estaba”. Hasta que “desde la intendencia se nos informó que ‘por determinado periodo de tiempo’ no iba a haber servicio 222. No se nos dijo la razón, pero no vimos nada raro, aunque si no estábamos para nada de acuerdo”.
Un empleado de una de las empresas de transporte comentó que “con el paso de los días las cosas se complican más y más. Han robado motos de funcionarios, han roto autos, y hay personas extrañas en la zona de embarque, pidiendo plata a los pasajeros o tratando de llevarse una encomienda”.
Hubo también “un episodio de una pelea que comenzó fuera de la terminal pero que terminó adentro cuando uno de los protagonistas se refugió, todo ensangrentado. Eso hizo que desde afuera comenzaran a tirar piedras indiscriminadamente. Nosotros cerramos ventajas y puertas y nos quedamos adentro”.
En otra empresa dijeron que “el problema que tenemos es que hay que cuidar por nosotros mismos que no nos falte ninguna encomienda. Porque merodean personas con evidente intención de robo. Antes, cuando estaba la policía, esto no pasaba, ahora no lo podemos controlar. Y cada día se pone peor”.
“La terminal está llena de locos; así es realmente difícil trabajar. Le hemos pedido a la empresa que nos coloque una reja para de noche trabajar detrás de ella, pero no creo que nos acepten la idea”, agregó uno de sus funcionarios.
Ante cada hecho vandálico o sospechoso “por supuesto que llamamos a la policía, pero cuando llega el patrullero ya terminó todo. Ese es el gran problema. Antes, con el kiosco policial siempre había policías cerca. Parece que no se han dado cuenta que este es el lugar por donde ingresan y salen más personas”, resumió. Ahora volvió el servicio policial por doce horas. Al conocer la noticia, operadores coincidieron en indicar que “se trata de una buena noticia”, pero al mismo tiempo enfatizaron que “las peores horas, donde ocurren más problemas es en la madrugada; es ahí cuando más necesitamos cobertura policial”.