Rurales | 31 Ene El actual presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Ricardo Reilly Arrarte, y el hasta noviembre titular de la institución, Ruben Echeverría, sufrieron en menos de 24 horas la muerte de animales de sus respectivas cabañas, pero uno de ellos en el departamento de Cerro Largo y el otro caso en el sur de Soriano.
El primero de los hechos se registró en cabaña “La Lucha”, de la familia Echeverría, cuando aparecieron muertas 5 borregas del plantel Corriedale Puros de Origen (PO).
Desde el reconocido establecimiento criador de la mayor raza ovina del país se explicó que la policía ubicó al sospechoso con la carne, pero como no se acordaba en dónde la encontró, fue dejado en libertad.
Sostienen que “no se puede trabajar así”, calificando la situación como “lamentable”, y aseguró que “a otro vecino le carnearon un novillo, confesó y también está libre”.
En octubre del año pasado, Echeverría sufrió también el robo de varios lanares de raza Corriedale en este mismo establecimiento. En ese caso se supo que el delito fue cometido por una banda de tres hermanos, quienes fueron detenidos por efectivos de la Policía.
Los hombres actuaban por la noche y se movilizaban en motos. Al parecer, en el momento en que cometieron el ilícito debieron abandonar rápidamente los vehículos en el campo. En la huida también perdieron un facón. Al otro día, los delincuentes se presentaron ante la Policía diciendo que les habían robado las motos en un baile de la zona.

TORO DE PI
Por su parte, el establecimiento familiar del actual titular de ARU, “Los Horcones”, ubicado sobre ruta 26 a unos 30 kilómetros de la ciudad de Melo, amaneció este jueves con la noticia de que un toro Hereford de pedigrí fue muerto con un tiro en la frente.
Lo único que le quedaba al animal era la osamenta y la cabeza, llevándose por lo menos 300 kilos de pulpa. Se estima que el reproductor Hereford podría costar entre U$S 3.000 y U$S 4.000.
Sobre el particular, Railly Arrarte indicó que “hay que erradicar el falso precepto de que se roba y se carnean animales porque quienes lo hacen no tienen para alimentarse. El abigeato hoy responde a organizaciones delictivas que venden carne de forma clandestina”.
Acotó que “esto es muy grave, si bien está en juego el trabajo y la genética, está en juego también la seguridad de las familias que viven en la campaña. ¿Qué pasaría si un colaborador nuestro se encuentra en el medio del campo con gente armada que anda robando?”, se preguntó Reilly.
“Lo más grave es que hoy la inseguridad en el campo alcanza a las personas que lo habitan, donde el robo de animales es solo parte del problema. Ya hubo casos de copamientos y robos en los propios establecimientos”, agregó.

DENUNCIAS
Según datos del Observatorio de Criminalidad del Ministerio del Interior, en el primer semestre de 2014 se cometieron 581 casos de abigeato, un 13% más que en igual período del año pasado.
Sin embargo, en el primer semestre de 2013 los casos de abigeato habían registrado una caída del 41% con respecto a igual período de 2012, según datos oficiales. En tanto, las denuncias por tentativas de abigeato llegaron a 28 en el mismo período en todo el país. La normativa vigente indica que en la categoría abigeato se encuentra la matanza y robo de ganado ajeno. Asimismo, se incluyen los hechos por los cuales se marcan, borran o modifican las señales de ganado y pieles ajenas.