Diario El Telégrafo | Paysandú | Uruguay

Paysandú, Sábado 07 de Febrero de 2015

“Buen clima no es sinónimo de una mayor preñez”, dijo el doctor Guillermo de Nava

Rurales | 03 Feb El doctor Guillermo de Nava, médico veterinario de ejercicio liberal, manifestó que “no necesariamente este buen clima que estamos atravesando va a determinar una mejor preñez” y que “hay luces amarillas en algunos establecimientos”.
Días atrás, el Instituto Plan Agropecuario emitió un comunicado alertando a los productores por bajos resultados en los análisis de preñez que se han registrado en el norte del país, lo cual fue ratificado por el citado profesional luego de realizar tacto en más de 7.000 vientres en los departamentos de Artigas, Cerro Largo, Paysandú, Salto y Tacuarembó.
Si bien los datos alcanzados este año son mejores que años anteriores, no dejan de llamar la atención del profesional, teniendo en cuenta lo que ha sido la primavera y el desarrollo de este verano, con condiciones muy favorables para el ganado.
En diálogo con el periodista Luis Andiarena, en el programa “La Hora del Campo” en radio Tabaré de Salto, expresó que luego del último chequeo realizado en Cerro Largo, se pudo observar vacas con diferentes etapas de la faz reproductiva. A medida que se realiza el trabajo en el tubo, se arman cuatro lotes de acuerdo a lo que se logra palpar en los diferentes vientres.
“En primer lugar, las vacas con preñez en sus primeros días de la estación reproductiva. Un segundo lote se conforma con las vacas que si bien no tienen una preñez palpable, el toro ya las sirvió y las chances son de un 60% a 70% de que estén preñadas. Los dos lotes siguientes se conforman con las vacas en anestro, dividiéndolas en dos grupos, las que están más cercanas o las más lejanas a alzarse”, señaló el veterinario. Estos dos últimos son los lotes de vacas problema, donde el productor debe enforcar sus esfuerzos para poder preñarlas. Según el profesional, en el caso de las vacas en anestro superficial se aconseja un control de amamantamiento light, como puede ser una tabilla o la separación del ternero por tres días en el corral. En el caso de las vacas en anestro profundo, se necesita una medida más radical de control, como lo es el destete precoz.
De Nava recordó que este tipo de trabajos permite que el productor pueda maximizar la eficiencia de su rodeo de cría y minimizar los costos, ya que “una tabilla no es un manejo de cero costo como decíamos hace 20 años atrás”. Explicó que cuando se comienza a medir cuánto le cuesta al producto la utilización de la tablilla, se comienza a observar que el ternero se plancha o deja de crecer. Si bien no es un costo efectivo, porque el productor no debe desembolsarlo, sí se siente a la hora del destete debido a que si “un ternero con tablilla gana solamente medio kilo por día y se mantiene la misma por doce días, hablamos de seis kilos de diferencia”, entonces esta no es una tecnología de costo cero.

DATOS
Este año los datos de los más de 7.000 vientres indican que un 70,4% se encuentran con una preñez palpable o vientres a preñarse y un 29,6% se encuentra en anestro. El porcentaje de vientres en anestro se encuentra muy cercano a los registros del año 2013 e inferiores a los del año 2014 (48%).
Dentro de los vientres en anestro, el 17,1% se encuentra en anestro superficial o muy cercanas a alzarse y el 12,6% en anestro profundo. Lo positivo de esta situación se da en la comparación con el año 2014, cuando estos guarismos ascendían fuertemente y se encontraban en un 28% los animales en anestro profundo.

NO TODO PASA POR LA BOCA
Aquella vieja frase “todo pasa por la boca”, o sea ganado bien alimentado y con disponibilidad de forraje se alzan rápidamente, ya no es tan clara, señaló el profesional, debido a que en estas evaluaciones “uno puede decir: esta vaca no puede estar ciclando porque está sentida y cuando la palpamos realmente fue servida y está preñada en algunos casos”. Para De Nava, si bien esta es una de las principales limitantes, también existen factores no nutricionales que inciden fuertemente en el comportamiento reproductivo de un vientre. Las tres patas que le estarían faltando a esta mesa serían: la sanidad reproductiva de las vacas a servir, el manejo del rodeo en los establecimientos y un dato no menor como lo es el componente genético. De Nava señaló que se encuentran muchas vaquillonas con pesos que se han manejado históricamente como necesarios para el entore y no han llegado aún a la pubertad. Recordó que, en este caso, si se observan los datos de la raza Hereford, el peso de la vaca adulta ha aumentado en los últimos años y esto lleva a que las vaquillonas deban tener pesos superiores para llegar a desarrollarse reproductivamente.


EDICIONES ANTERIORES

A partir del 01/07/2008

Feb / 2015

Lu

Ma

Mi

Ju

Vi

Sa

Do

12

12

12

12

12

12

12

Diario El Telégrafo

18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com