Deportes | 02 Feb El ánimo estaba por el piso. Nadie podía creer que la chance de tomarse revancha se había esfumado en esos minutos fatídicos del segundo tiempo. Las caras lo decían todo, y los jugadores de Paysandú transmitían a la salida del túnel el ánimo del plantel tras haber caído frente a Salto.
“Tenemos una amargura enorme. Es impotencia lo que sentimos todos, porque no podemos perder los dos clásicos. No nos entra en la cabeza”, dijo el técnico sanducero Antonio Cáceres.
La Blanca, que llegó como líder a esta instancia, bajó dos escalones en la Serie A tras el golpe clásico, pero todavía está a tiro. Igual, el técnico reflexionó que uno de los grandes problemas es que “no estamos haciendo goles”, y dejó en claro que a lo largo de la que espera será “una semana durísima, de mucho trabajo” como la que se viene por delante, “tenemos que entrenar para dejar de lado los errores que cometimos”.
Más allá de que Cáceres reconoció que “Salto es un cuadro de mucho oficio”, el entrenador no se resignaba a haber caído en un nuevo clásico. Pero más allá de todo se intentaba dar vuelta la página.
“Dentro de todo hay una realidad: dependemos de nosotros mismos. Quedan seis puntos, y tenemos que ganarlos. Sumando dos victorias, estaremos clasificados. Son dos finales y la primera será en Bella Unión, a donde vamos a ir mentalizados sobre cuál debe ser el objetivo. Y después tenemos que definir en casa ante Artigas. No queda otra que ganar los seis puntos que nos restan por disputar, y a eso vamos a apuntar”, aseguró en el entrenador sanducero.