Deportes | 03 Feb Hay tranquilidad a medias. No precisamente porque se haya perdido el clásico, porque eso no llenó al plantel y al cuerpo técnico de nerviosismo sino de amargura, sino porque hay ansiedad para saber cuándo habrá revancha. Esa revancha que da el fútbol todos los fines de semana aunque el rival no sea el mismo; y, en este caso, la revancha frente a Bella Unión de aquel partido que se ganara en casa por la tercera fecha de la Copa Nacional de Selecciones de OFI.
Es que tras caer el sábado ante Salto como local, la Blanca espera ansiosamente viajar a Bella Unión para afrontar la penúltima fecha de la Serie A, con el único objetivo latente de poder alcanzar un triunfo que le permita sacudir la tabla y dar un paso importante a la clasificación. Es que, hoy por hoy y más allá de los contratiempos, Paysandú es consciente de que ganando los dos partidos que le quedan por delante, habrá accedido al pasaje para la próxima instancia.
Que no será fácil, no quedan dudas. Pero también está la tranquilidad de que se depende de sí mismo, suceda lo que suceda.
Lo que sí puso nervioso al cuerpo técnico en la víspera, fue conocer cuándo se jugará el partido ante Bella Unión. Es que a poco de comenzado el entrenamiento de la víspera, llevado a cabo en el Parque Rivabén y que intercambió físico con pelota, surgió la novedad de que el partido podría jugarse el viernes, con todo lo que eso podría significar.
Es que en la jornada de domingo y en la mañana del lunes se dejaron algunas cosas en claro. Desde la alcaldía de Porvenir se trabajó para que la anunciada práctica del miércoles de la Blanca en el Estadio Municipal sirviera como preparación al equipo que orienta Antonio Cáceres, y se diagramó un amistoso ante Huracán de Montevideo (realiza la pretemporada en las Termas de Almirón y hoy enfrentará a Guichón), en este caso para el jueves.
Anoche, pasadas las 22, se indicó desde Bella Unión que la idea es fijar el compromiso ante Paysandú el viernes a las 22, para contemplar que el sábado jugarán Uruguay y Argentina por el Sudamericano Sub 20.
Esto traería aparejados varios problemas a La Blanca. No solo deportivos, sino también económicos dado que, por empezar, la Liga tendrá que pagar los jornales a los futbolistas que perderán de concurrir a sus respectivos empleos.
Cáceres deberá reprogramar la planificación para la semana, acortarla definitivamente y, por supuesto, dejar por el camino el amistoso del jueves que serviría para afinar funcionamiento y corregir errores de cara a un partido trascendente.
Y, de yapa, habría más dudas en cuanto a la recuperación de los jugadores sentidos, porque si bien Calabuig trabajó con normalidad en la víspera, Ignacio Pérez está inmerso en la recuperación, Sabaño sufrió un esguince de tobillo, Guillermo Pérez también fue tratado en sanidad y está en duda para el choque ante los fronterizos, y Andreoli acusó una molestia en el posterior izquierdo.
Esta mañana será tiempo de definiciones. “La idea es jugar el viernes a las 22, pero se va a definir mañana de mañana (hoy) cuando se comunique a OFI”, se dijo desde Bella Unión ante la consulta. Cáceres, mientras tanto, prendía velas y rezaba para no tener que cambiar todo sobre la marcha.